Conocí a Oskar en los días revueltos en que Garzón campaba a sus anchas y se llevaba encadenados a los hombres y mujeres fundamentales para que ‘‘Egin’’ siguiera su andadura. El juez asesinó el diario y la radio porque no podía imaginar que gentes valientes y generosas como Moreno pondrían los cimientos de un nuevo proyecto periodístico libre y comprometido. «¿Pensaban que no nos íbamos a atrever?», reivindicó aquel cierre Aznar desde Turquía. Y Oskar Moreno desde Algorta –con otros desde toda la geografía vasca– levantó la mano para darle la mejor réplica posible: atreverse a crear GARA.

Oskar y sus nuevos compañeros fundaron Baietz y lanzaron aquella loca aventura de recaudar... ¡mil millones de pesetas! Un auzolan enorme que requería todo tipo de aportaciones, y ahí sus conocimientos de banca y finanzas fueron fundamentales para el éxito de la tarea.

Moreno contribuyó luego al asentamiento del proyecto ejerciendo como miembro del Consejo de Administración de EHKE. Pero no solo impulsó GARA; otras iniciativas populares contaron con su colaboración, en un trabajo casi siempre silencioso pero experto, que abría muchas puertas.

Una larga enfermedad acabó con su vida este jueves, pero el legado sigue vivo. Hoy toca llorar al compañero, al amigo, al cómplice. Y toca seguir trabajando para que sus sueños sigan presentes mañana en todos los kioskos de Euskal Herria. Eusko lurrak besarkatu zaitzala, lagun ona!