Ya el año pasado salió a la luz de nuevo el piolet con el que Ramón Mercader asesinó a Trotsky en su casa de Coyoacán, en México. Al parecer está ahora en exposición en el denominado Museo Internacional del Espionaje, en Washington, junto a unas 7.000 reliquias del mundo de los servicios secretos y demás. La elección del arma del crimen, un piolet de montaña, cortado el mango de madera por la mitad y lo descontextualizado del objeto, siempre llamó la atención, así como su procedencia. La marca impresa en la hoja es “Werkgen Fulpmes” en donde la primera palabra es, al parecer, una abreviación de Werkgenossenschaft o “factoría cooperativa” y la segunda es un pueblo del valle de Stubai, en el Tirol austriaco, lugar de origen de la marca Stubai tan conocida en el mundo de la montaña. Ahora, en el campo II del Manaslu, a más de 6.000 m de altura, un alpinista chino, Peng Tao, ha sido atacado por otro compatriota que le ha clavado un crampón en el pecho por lo que ha tenido que ser evacuado a un hospital en Kathmandú. El motivo parece ser un tema de negocios previos en su país. No es lo mismo que lo de Trostky, claro está, pero me cabe la duda de si el crampón lo llevaba puesto en la bota el agresor (su propio lugar) o lo llevaba en la mano en cuyo caso se revela una muy pobre elección de arma y método entre todo lo disponible en la montaña. Tampoco sabemos la marca ni el modelo, puestos a curiosidades tontas.