OCT. 26 2018 DE REOJO Terminología Es una costumbre muy española de los golpistas por herencia, vocación o defecto, autoproclamarse demócratas de toda la vida con la máxima arrogancia franquista. Tienen el convencimiento profundo de que lo que hizo su añorado caudillo en el 36 fue un referéndum para salvar a España, llaman golpistas a todo aquel que no declare en diferido su fidelidad inquebrantable a los principios del movimiento fascista que tiene sus reliquias en el Valle de los Caídos. Llaman golpistas a todos los catalanes que hicieron un procés democrático que terminó como el rosario de la Almudena, con varios de los participantes en las instituciones encarcelados por un juez de la ultraderecha española corrupta, una representación absoluta de lo que es la injusticia suprema de la monarquía española, instaurada por Franco. Lo que dijo Pablo Casado en sede parlamentaria puede considerarse un insulto o tomarse seriamente como una alerta de la deriva reaccionaria, de un liderazgo teledirigido por Aznar, de una incontinencia degenerativa que demuestra que no existe para la ultraderecha española, ibexada, bancarizada, reaccionaria, monárquica y violenta otra opción que llegar al poder por la vía que sea, enfangando la vida pública, destruyendo todo lo que sea progreso político y alineándose con los movimientos más involucionistas que asolan el mundo. Es el cinismo puro. La mentira total. Es todavía más insignificante intelectualmente que Rivera, lo que es un mérito deslumbrante. No es fácil usar una terminología apropiada que se ajuste a las sensaciones que provoca esta situación. Yo analizo las audiencias televisivas y por ahí se demuestra que están en concordancia con las mayorías alienadas, deshabitadas de impulso político por lo que sus discursos son muestras del populismo fascista más reconocible.