Son el 6,89%

Este domingo Ciudadanos, Vox y PP llegarán a Altsasu. O desembarcarán; o aterrizarán. Que cada quien utilice el verbo que prefiera siempre que signifique eso mismo: que se harán presentes en un lugar en el que no están por democrática decisión popular. Ninguno de los tres partidos tiene representación en el municipio. El candidato del PP a alcalde consiguió 150 votos en una localidad de más de 7.500 personas. Ciudadanos obtuvo 47 votos en las elecciones al Parlamento. Vox ni siquiera se presentó.

Aunque es comprensible viniendo de donde se viene, se sigue reaccionando con cierto complejo de inferioridad cuando llegan envites de este tipo. Desde un marco mental estatal, qué duda cabe, es natural sentir el acto del domingo como una agresión de los grandes partidos españoles. Ellos, grandes, vienen a provocarnos a nosotros, que somos pequeños; algo inaceptable. Pero cambiando el encuadre, la imagen cambia también: tres partidos que solo suman el 6,89% de los votos en Nafarroa preparan una performance en un lugar que no conocen. Ellos, que son muy pocos, vienen a buscar unos minutos televisivos a costa de un pueblo en el que no son bienvenidos. Un ejercicio de parasitismo al que no se ha prestado ni UPN, consciente del coste que le puede generar en el territorio. Ese, y no otro, es el gran triunfo de Altsasu y de la sociedad navarra.

Se entiende el hartazgo de los vecinos ante tan cansina obsesión española, pero lejos de suponer un estigma, no se me ocurre mayor trofeo para lucir que la animadversión de la derecha nacionalista española. Ojalá su Gomorra siga siendo nuestro modelo.