NOV. 17 2018 GUTUNAK Un fascista y tres más MARTXELO ALVAREZ Ahaztuak 1936-1977 Lo que menos puede decirse viendo la foto por la que recientemente ha preguntado el senador vasco Jon Iñarritu es que alguno de los que en ella están se sientan incómodos. Los uniformados son evidentemente miembros de las FSE, de la Guardia Civil, pagados por el erario público; el otro, Manuel Murillo, el fascista que iba a intentar matar al presidente del Gobierno español por su «intención» de exhumar del Valle de los los Caídos los restos del golpista y genocida Francisco Franco. Dicen que esta foto es otra casualidad más. Como la del fascista Emilio Hellín, asesino confeso de Yolanda González que hace pocos años seguía trabajando para las FSE y cobrando como ellas del erario público. Como los asesinos de los abogados de Atocha, como Jean Pierre Cherid, como todos los «de día uniformados, de noche incontrolados» de toda la llamada Transición española con más de doscientos muertos, como la de Santi Brouard y Josu Muguruza, como tantas otras más... Recuerdo aquella película de Costa Gavras titulada “Estado de sitio” cuando uno de los protagonistas dice a otro personaje que «la casualidad existe, sí, pero una casualidad repetida en numerosas ocasiones pasa a ser una realidad objetiva», algo que creo es perfectamente asimilable a la relación continuada de elementos fascistas o ultraderechistas con miembros de del FSE españolas, relación mantenida y repetida desde los tiempos de la dictadura fasciofranquista, lo que guste o no la convierte también en consentida y en algo muy preocupante en una democracia como la española que parece empeñada como vemos en cuestionarse y desmentirse continuamente a ella misma, con arsenales y medallas incluso de por medio.