Las vírgenes o jesucristos en lo alto de cumbres emblemáticas: Aneto, Naranjo de Bulnes, mallo Pisón, etc. tienen una cierta tendencia a sufrir lanzamientos al vacío, decapitaciones u otros tipos de deterioros en un entorno de enfrentamientos sin fin entre los defensores de dichas imágenes, por tradición, devoción religiosa, etc. y los que lo consideran una imposición que atenta a su manera de pensar. Eventualmente el conflicto secular se cubre con patina de carácter más directamente político. Así la cruz, virgen del pilar, e imagen de san marcial de la cumbre del Aneto fueron pintadas recientemente con trazos y lazos amarillos relativos a las reivindicaciones catalanas. Ya en 1956 se erigió la imagen de la virgen del pilar en la cumbre como respuesta, al parecer enconada, ante la introducción previa, en 1951, de la cruz actual, erigida para celebrar el 75 aniversario del Centro Excursionista de Cataluña (derribada varias veces por tormentas). El último agravio ha tenido una respuesta por parte de montañeros de clubs aragoneses, guías de montaña concernidos, representantes del ayuntamiento de Benasque y miembros del GREIM de la guardia civil que durante horas del 24 de octubre pasado “con frío y fuerte viento” se ocuparon en limpiar, repintar y devolver a las imágenes su aspecto anterior, más o menos. Además, la fiscalía de Huesca ha abierto una investigación, previa a imputación, sobre el último embate del peligro amarillo y seguirá el culebrón.