Egoitz Fernández (Santurtzi, 1992) confirma en su entrevista a GARA su decisión de dejar el ciclismo: «Cuesta y no es una decisión fácil porque es la ilusión que he tenido desde siempre. En mi caso he podido ser profesional, ver lo que es. He dado todo lo que tengo en mi mano y, si no se puede seguir, me quedo satisfecho. Tarde o temprano iba a llegar, hay que asumirlo y mirar a otros objetivos».

La temporada pasada debutó en profesionales con el Team Ukyo japonés, con el que ganó una etapa en el Tour de Tochigi, fue cuarto en Getxo y séptimo en la general del Tour de Hokkaido tras ser quinto y octavo en dos etapas. Eso le sirvió para volver a la Fundación Euskadi, con la que ya corrió como amateur en 2016 y este año ha sido séptimo en Getxo y en una etapa de la Vuelta a Madrid.

Reconoce que «venía de Japón con mucha ilusión de volver a la Fundación, de hacer un buen año en Europa. Se me complicó desde el primer momento con una lesión que me impidió rendir a principios de temporada y lo he arrastrado todo el año. No me ha quedado un buen sabor de boca, pero el ciclismo es así. En la categoría continental es difícil mantener una continuidad. La primera parte del año la tuvimos cargada, pero acabamos en Vuelta a Burgos y tampoco tienes muchos días de competición y los que he tenido he intentado aprovecharlos. No he encontrado el golpe de pedal del año pasado. He logrado puestos de honor en Aragón, Vuelta a Madrid o en Getxo, pero el factor suerte esta ahí y, si no llevas las mejores piernas, cuesta un poco más».

Compara su caso con el de su compañero Ricardo García: «Me veía que me costaba mucho encontrar las buenas sensaciones. La segunda parte del año la he hecho buena, pero veía que a última hora en el equipo no estaba muy a gusto por la presión de querer sacar resultados que no sacabas y es el cúmulo de todo lo que te hace tomar esta decisión».

Responsabilidad complicada

Ellos dos y Jonan Insausti eran los tres que tenían que asumir la responsabilidad del equipo y no es fácil con su calendario y los medios que han tenido: «Era un equipo muy joven y los que teníamos más experiencia debíamos llevar las riendas. Pero es una categoría difícil para conseguir resultados y por mala suerte no nos ha salido un año bueno a los que debíamos llevar la batuta. Ha habido momentos en los que hemos estado ahí. Te ponen esa responsabilidad y en la categoría continental es difícil poder destacar y estar adelante todo el año. No he podido hacer ninguna concentración en altura por el calendario que al principio era todo continuado. El año pasado pude hacerla y te da un puntito que se nota».

Se muestra agradecido a la Fundación Euskadi porque «en amateur me dieron la oportunidad de hacer un buen año y dar el salto y por darme la opción esta temporada gracias a Mikel Landa de volver a Europa. Estoy muy agradecido, aunque ha sido un año difícil para todos, no han salido los resultados y eso complica más todo. Los comienzos no son fáciles».

Considera clave que la Fundación dé el salto porque «la continental es una categoría en la que un equipo nuevo debe empezar, pero tiene que ser de paso de uno, dos o tres años. Hay que dar el salto a conti pro por el calendario, corres carreras mejores y el ritmo al que te van a llevar los corredores es totalmente diferente. No es lo mismo estar en continental o en conti pro, que te da la posibilidad de participar en la Itzulia o en la Vuelta. Como continental puedes correr Burgos o Andalucía con los mejores, pero al tener la opción de estar en una categoría más, con pruebas World Tour, para el equipo y los corredores es un punto más».

La pena de no dar el salto

Por eso le queda la pena de no haber podido correr en una categoría superior: «No es lo mismo ser continental o continental profesional. Es un salto diferente que afrontas con más ilusión y motivación. Sí que de haber tenido esa oportunidad habrían cambiado las cosas, pero estoy a gusto. He hecho dos años buenos y me quedo con eso. El año pasado fue muy bonito en Japón por conocer otro ciclismo, otra cultura. El ambiente en el equipo era muy bueno y ganar en tu primer año y lograr un cuarto puesto en Getxo te queda más grabado».

De lo que ha vivido este año Egoitz Fernández en el calendario europeo destaca «como ciclista a Alejandro Valverde. Impresiona la superioridad que tiene, su facilidad, lo que disfruta. Es el que más destaca verlo en directo. Impresiona en la tele y al lado suyo todavía más».

Su próximo reto es intentar sacar una plaza de bombero en una convocatoria que espera para junio o julio: «He empezado a prepararla desde ya, cuanto antes empieces mejor. Y ahí ando sacando el carnet de camión y estudiando a tope. Con la bici salgo para echar el café, pero estoy centrado en esto y no tengo mucho tiempo libre».

Aitor Hernández domina en Lezama

Aitor Hernández logró su décima victoria de la temporada ayer en la prueba de ciclocross de Lezama, que dominó de principio a fin, y se proclamó campeón de Bizkaia. Javier Ruiz de Larrinaga alcanzó el segundo puesto en el final de la primera vuelta, pero nunca tuvo opciones de atraparlo y llegó a 1:24. Gorka Izagirre fue de menos a más y acabó tercero a 2:17 tras superar al final a Jon Munitxa. Por detrás entraron Iñigo Gómez, Asier Arregi, Adrián García, Alejandro Iglesias y Saúl Calzada, mejor sub’23, categoría en la que Ibai Arco logró el título vizcaino. Olatz Odriozola se impuso en féminas a Lierni Lekuona y Paula Suárez, mejor sub’23.J.I.

EUSKADI FUNDAZIOAREKIN «OSO ESKERTUTA»

Egoitz Fernandez «oso eskertuta» dago «Euskadi Fundazioarekin eta Mikel Landarekin, amateur mailan urte ona egin eta profesionaletara jauzi egiteko aukera eskaini zidatelako, eta aurten Europara itzultzeko aukera ere eman didatelako, nahiz eta urte zaila izan den guztiontzat. Emaitzak ez dira irten eta horrek dena zailtzen du. Hasierak ez dira errazak izaten. Kontinental maila egokia da talde berri bati hasiera emateko, baina pasabide bat izan behar du: urte bat, bi edo hiru. Kontinental Profesionalera igo behar da».