«El libro se acerca más a la verdad que la Justicia española»
Aitor Agirrezabal (1988) es redactor del medio digital Naiz.eus. Anteriormente fue corresponsal de GARA y NAIZ en Escocia, lugar donde cubrió el referéndum de independencia. Aritz Intxusta (1982) es redactor desde hace una década en GARA y coautor del libro “El Banquete”.
Antes de empezar con la entrevista, Aitor Agirrezabal y Aritz Intxusta ultiman los preparativos para la primera de las muchas presentaciones del libro “El caso Altsasu”. Aunque esta sea quizá la más importante las citas. Lo presentan en Altsasu, «hoy símbolo, mito y trinchera ideológica», tal y como relatan los dos periodistas navarros en su obra. A pesar de lo ajetreados que están, no han tenido escapatoria, pues trabajan a pocos centímetros del entrevistador.
¿Qué les anima a escribir un libro sobre el caso Altsasu?
Aitor Agirrezabal: Ha sido seguramente el caso que más solidaridad ha despertado en los últimos años, y el libro supone aportar nuestro grano de arena a esa campaña gigante que ha ido detrás. Se puede decir que es una herramienta más que ponemos en manos de la gente para que conozca realmente todo lo que ha sucedido alrededor de aquella pelea o trifulca.
Aritz Intxusta: El primer motivo ha sido la solidaridad. Somos periodistas que hemos seguido el caso de cerca y nos hemos sentido apelados por el mensaje que daban las familias.
Precisamente, ¿cómo logra este caso tanta atención mediática?
A.A.: La atención mediática responde al momento político que vive Euskal Herria. ETA ha desaparecido y estamos inmersos en la batalla del relato. Teniendo en cuenta esa batalla, aquella trifulca le vino bien a mucha gente; a algunos para lavar su cara, para beneficio político o para dar el salto a la fama en la justicia.
¿A quién va dirigido?
A.I.: Va dirigido, por una parte, a toda la gente que ha generado una enorme empatía. Por otra parte, aunque exista un conocimiento de que ha sido una injusticia, este libro pone sobre la mesa todos los elementos y va a formar esa opinión, entrando al detalle de cuáles son los motivos por los que este caso ha supuesto una injusticia para las familias. Es el momento de avanzar, de ir un poco a los pormenores, es decir, explicar qué tipo de leyes, qué tipo de jueces, qué tipo de policía y qué tipo de fiscalía ha permitido esto.
Centrándonos en la Policía, ¿el caso Altsasu ha sido un caso aislado o derivado de la militarización?
A.A.: Fue un caso más de otros 6.500 en los que se abrieron diligencias por atentado a la autoridad. Precisamente, contamos qué es necesario para que una pelea de bar se convierta en un libro. Vamos más allá de lo que pasó aquella noche a las cinco de la mañana, porque lo que vino después de una pelea de borrachos es lo que convierte el caso Altsasu en un caso aislado.
A.I.: El caso tiene un parentesco muy cercano con otros casos de represión que ha habido en Euskal Herria, con una particularidad. En el año 2015, se produce un cambio en el código penal, que va a tipificar el delito de terrorismo de una forma diferente. En este sentido, el caso de los jóvenes de Altsasu es uno de los primeros en los que se aplica este nuevo artículo, el articulo 273, para ser exactos. Esto es importante, porque mientras el Estado español endurece las penas por terrorismo, no suceden casos que justifiquen esa medida de endurecimiento. Es cierto que han habido atentados por parte del ISIS, pero en este caso parece que había una necesidad discursiva de que existiera ese nuevo atentado de ideología independentista vasca. Se puede decir que el caso Altsasu es una cobaya. Esta medida fue tan polémica que va a generar un enfrentamiento con pocos precedentes entre los jueces navarros y los jueces de Madrid.
En la introducción explican que el libro «intenta arrojar luz sobre algunos episodios que no están del todo claros». ¿Qué elementos novedosos aporta su obra?
A.A.: Al abrir el libro nos encontramos con el dueño del Koxka, alguien que vivió aquella noche en primera persona y que no ha querido atender a los medios por la persecución constante que ha sufrido. Tuvimos que insistir, y si no fuera por la ayuda de los padres de los jóvenes no lo habríamos conseguido. Esa es una novedad, aportar al relato nuevas versiones. Sin embargo, la principal particularidad es la participación de los jóvenes, de los que se ha hablado y escrito de todo. Ahora y por primera vez, toman la palabra.
A.I.:La Justicia española, con todas sus garantías, ha reconstruido los hechos. Nosotros hemos hecho lo mismo en función de criterios periodísticos. La justicia tiene sus herramientas para alcanzar la verdad mientras que el periodismo tiene otras, como las entrevistas o la acumulación de datos. Creo que el libro se acerca más a la verdad, mediante el método periodístico, que la Justicia española con todo su sistema de garantías. Hay que recordar que, justo antes del juicio, hubo un acto de inadmisión masiva de pruebas que nunca entraron al juicio. Además, la instrucción que hizo la jueza Carmen Lamela duró un mes y nosotros llevamos trabajando en esto bastante más tiempo.
¿Han encontrado colaboración de las dos partes implicadas a la hora de ofrecer una visión completa de lo ocurrido?
A.I.: De una más que de otra. Tenemos que agradecer, tanto a las familias como a los jóvenes, cómo se han abierto, cómo se han mostrado dispuestos a entregarnos sus vivencias.
Respecto a la otra parte, lo intentamos con la otra familia del pueblo, la de María José Naranjo, pero no se mostraron dispuestos. Aún así, aparecen todos los elementos, incluido su relato. Por otra parte, sí encontramos una colaboración mínima por parte de Covite a la hora de aportar unos documentos. Hemos procurado ser rigurosos, queríamos que fuese un libro sólido y robusto, ya que sabemos que va a estar sujeto a crítica. En este sentido, lo hemos elaborado con todas las herramientas periodísticas. Por ejemplo, cuando pedimos a los denunciantes que participaran, siempre les hemos dicho de qué medio proveníamos, con el objetivo de que ubicaran el sentido del libro.
Y de todos esos testimonios, ¿cuál es el que más les ha sorprendido?
A.A.: Cada uno tiene su historia. Jokin Unamuno hace hincapié en el trasfondo de todo, pero también cuenta vivencias personales. El primer día que fue a comer en la prisión, se sentó en un sitio que se supone que era de un narco, y eso le llevó algún problema. De repente, unos chavales se encuentran en un sitio donde nadie quiere estar. A todos les meten en el régimen FIES, y esto conlleva estar en los módulos más peligrosos de la prisión.
A.I.: El libro trabaja el tema de qué supone la cárcel. En la sociedad está arraigada la idea de la cárcel como medida de todos los delitos, enseguida llevamos a todo el mundo a la cárcel y pedimos penas más altas. Este libro te lleva un poco a la reflexión de que si todo esto es positivo.
Asimismo, creíamos que este libro tenía que salir cuanto antes para que tuviera una incidencia en la realidad que vivimos. También trabaja el tema del miedo. El miedo a unas penas de más de 50 años de cárcel, el miedo de unos padres a no volver a ver a sus hijos vivos fuera de la prisión, de cómo eso va castigando a las personas.
Comentaban que su intención era sacar el libro cuanto antes. Sin embargo, ¿no es arriesgado publicarlo antes de la sentencia del Tribunal Supremo?
A.A: Me preguntó lo mismo Unamuno cuando lo visité en la cárcel a finales de octubre. Precisamente, la importancia de este libro es que el resultado final, esa condena final, no es lo más relevante. Lo importate es todo lo que ha pasado durante este tiempo. Si ahora los absuelven, algunos se habrán comido dos años de prisión. La denegación de pruebas, los montajes mediáticos.... todo eso no cambia.
Aritz, usted ya había escrito “El Banquete”, que trata sobre expolio de la CAN. ¿Qué elementos comunes y qué diferenciales se pueden apreciar en esta obra?
A.I.: Este, narrativamente, es mucho mas ágil y cómodo de leer. Tiene todos los elementos propios de una novela: acción, amor, odio, redadas... Lo que sí que hemos traído de “El Banquete” es la forma de tratar a los personajes. Es decir, no es un libro que hable de entes, procuramos bajar siempre a las personas. Contamos, entre otros, quién es Lamela, quién es José Perals o quién es Concepción Espejel.
En el libro repasan varios ejemplos de manipulación mediática. ¿Qué papel ha jugado la desinformación en este caso?
A.A.: Desde el primer minuto ha sido el arma que han utilizado desde Covite, desde la Guardia Civil, para construir el relato. Cuando empezamos a escribir el libro, entramos en los informativos de La Sexta de un día después de lo ocurrido, y ya hablaban de apaleamiento, de una brutal paliza, viniendo todo de la misma fuente. En este ámbito se ha visto la diferencia entre los medios de Madrid y los medios de Euskal Herria, destacando, por ejemplo las críticas que ha recibido ETB. Los medios internacionales son, junto con los medios de Euskal Herria, los únicos que buscaron la otra versión.
A.I.: Creo que la opinión pública ha marcado la forma de actuar de la justicia. A las 32 horas de lo ocurrido, el mismo domingo, Mariano Rajoy escribe un tuit prometiendo que no iba a haber impunidad. Una de las trabajadoras del juzgado en concreto que estaba llevando el caso ya revelaba que ese tuit enrarecía la causa. Esa presión mediática ya empieza a alterar el caso desde un primer momento.
Por otro lado, cuando llega la prensa internacional, todos los periodistas consultan un observatorio sobre la imparcialidad judicial (Right International Spain). Su directora, Lydia Vicente, nos dice que, no es que haya habido una disfunción, sino que ha puesto en relieve los fallos del sistema jurídico español. Cuando hablamos con los periodistas internacionales que han trabajado el caso, concluimos que sus métodos se parecen a los que utilizamos nosotros.
Quizá por eso han entrado hasta la cocina en el libro...
A.I.: Es justo decir que hemos podido lograr esa confianza con las familias y los jóvenes porque trabajamos en un medio que ha hecho las cosas bien. No hay que olvidar que existen medios de comunicación alternativos, que no han perdido el norte y que es importante alimentarlos.
Tras conseguir esa visión completa del caso, ¿qué conclusiones extraen del mismo?
A.I.: Que estamos presenciando una deriva de las leyes. Vamos a llegar al punto en el que cualquier radicalidad política sea tachada como terrorismo. Este caso, repito, es una cobaya de una nueva ley que es peor que la anterior.
ALTSASUKO KASUAN SAKONTZEN
Aitor Agirrezabal eta Aritz Intxusta kazetariek “El caso Altsasu” liburua argitaratu berri dute. Elkarrizketan, kartzelan jarraitzen duten gazteen bizipenak kontatzen dituzte, «liburuaren bitartez lehen aldiz hitza hartzen baitute». «Kazetaritza tresnez baliatuz», kasuaren inguruko muntaia polizial eta judiziala zalantzan jarri dute lan honetan, eta «auziko pertsonaia guztien profiletan sakonduz» liburu zehatz eta sendoa osatu dutela nabarmentzen dute, eleberri batek dituen osagaiez lagunduta: amodioa, gorrotoa, sarekadak, etab. Kazetari gisa, ez dute ahazten muntaia horren funtsezko atala: egitura mediatikoa.