Cuando un cambio sirve para un retroceso como para un progreso, tenemos que poner en cuestión crítica la palabra y su concepto. Todos los partidos quieren hacer componendas para lograr un gobierno del cambio. Que no es otra cosa que un recambio. Mientras yo estoy preocupado por los cambios. Tanto de cuando pago con dinerito y me devuelven monedas, como de los más importantes, los que se han producido en RTVE desde que está Rosa María Mateos peleándose en el parlamento español con los cabezotas sin escrúpulos y memoria de PPox. Aunque cuesta darse cuenta de los cambios en estructuras como este ente, es innegable que se respira bastante mejor en los noticiarios y debates, que se intenta renovar algunas franjas horarias y que, y lo que interesa más, se están produciendo cambios estructurales y de contenidos en La 2.

El director actual es Samuel Martín Mateos, con treinta y seis años de servicio en la casa, con gran experiencia en programas culturales y que reconoce que este estado de provisionalidad es algo bastante normal en TVE, pero presenta su programa y nos coloca ante preguntas que plantean reflexiones abiertas y multidireccionales. Por ejemplo: ¿debe preocuparse de las audiencias La 2? Hay matices, debe preocuparse, pero no debe jugar a conseguir las audiencias de las generalistas, porque es un lugar para lo excepcional, lo que puede considerarse como servicio público por sus contenidos de carácter más formativo, cultural y ocupándose de audiencias minoritarias.

Como dice su director, La 2 debe ofrecer aquello que ningún otro canal ofrece. Un buen punto de partida. Se han incorporado programas muy especiales, se retoma su noticiario, en horario más lógico, vuelve el humor. Esperemos que les dejen asentar este modelo para disfrutar de una opción inteligente en abierto.