Novak Djokovic (1) se lanzó también hacia la final masculina de mañana del Abierto de Australia tras apabullar al francés Lucas Pouille con un rotundo 6-0, 6-2 y 6-2 en lo que fue el primer enfrentamiento entre ambos. El serbio se las verá así en la final con el español Rafa Nadal, que también ganó con autoridad al griego Tsitsipas.

Tras la victoria, el tenista de Belgrado alcanzó su séptima final en Melbourne Park, lo que le sirvió para igualar al suizo Roger Federer (3) como jugador con más finales disputadas en la historia del 'major' australiano. Además, el serbio confirmó su condición de bestia negra para los tenistas franceses después de conseguir su 27ª victoria consecutiva frente a ellos en torneos Grand Slam.

Djokovic, quien ganó sus seis finales disputadas en Melbourne, llegará a la cita más importante del torneo en plenitud física después de superar tanto los cuartos de final como las semifinales con una facilidad pasmosa.

Tan sólo se valió de un set y medio para superar los cuartos como consecuencia de la lesión del japonés Kei Nishikori (8), mientras que en las semifinales no necesitó más de una hora y media de juego para sentenciar a Pouille. Quien también asistirá fresco a la cita será Nadal, después de que cerrara sus seis encuentros previos a la gran final sin ceder ningún sólo set, así como por disponer con un día más de descanso respecto al serbio.

Así, la final de 2019 supondrá una reedición de la final más larga de la historia del Grand Slam, que se disputó en Australia en 2012 y tuvo como ganador al actual número uno, quien venció por 5-7, 6-4, 6-2, 6-7 (5) y 7-5 tras cinco horas y cincuenta y tres minutos de juego.

Kvitova-Osaka

Esta mañana se jugará la final femenina con la checa Petra Kvitova, quien cuenta en su palmarés con dos títulos en Wimbledon (2011 y 2014), y la joven japonesa Naomi Osaka, vigente campeona del Abierto de EE.UU., un duelo que tiene, además, un premio adicional, alcanzar la primera posición mundial por primera vez.

Tanto Kvitova como Osaka comentaron en rueda de prensa tras superar sus respectivas semifinales que la prioridad es alcanzar la que sería su primera corona en Melbourne, aunque las dos admitieron que la primera posición mundial es un aliciente extra muy suculento.