Antonio ÁLVAREZ-SOLÍS
Periodista
AZKEN PUNTUA

¿De qué hablan?

Cada vez que acudimos a unas elecciones España se derrota a sí misma. Desde que se han convocado las próximas la política española se ha convertido en un concurso pueblerino de parlanchines que exhiben sus gracias en el festival de la Patrona.

Doy vueltas y más vueltas por periódicos, emisoras de radio y televisiones sin presenciar más que a unos desbocados que se dedican a la mortificación barata del adversario, a los sobreentendidos que arrojan a unos oyentes que no entienden nada porque no hay nada que entender. Oí decir a un dirigente de Vox que España siempre derrota a sus enemigos, que son otros españoles que han nacido ya derrotados.

Contemplé al presidente del PP en un par de desbordamientos verbales que suscitan en los oyentes la dormición patológica que producen los tamborileros de Calanda. Comprobé en la oratoria de un candidato de Ciudadanos que yo no seré nunca ciudadano porque me dejan sin sitio para el pensamiento.

Vi al jefe del Gobierno afirmar que él cree en el hombre, cosa que me sorprendió porque estoy casado con una feminista que aparece todos los días en mi habitación y dice: «¿Quién se va tomar hoy este laxante…?» Esto sólo tiene un remedio: una huelga general de electores. Yo iré con mi pancarta: «¡Freedom para los estreñidos!»