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AZKEN PUNTUA

Noticias fugaces


No son habituales en los grandes medios. A veces te las encuentras, de improviso, incluso en primera página, pero antes de que termines de advertirlas, de querer saber más, ya han difuminado sus estelas entre los titulares del día siguiente. Son noticias fugaces.

En estos días surcó la noche una fugaz noticia relacionada con el incendio de la Torre Windsor. Catorce años después de que ardiera en el corazón financiero de Madrid con más de cien metros de altura y 32 plantas ocupadas por agencias inmobiliarias, oficinas de abogados y demás despachos del repulsivo mundo del negocio, una noticia fugaz reabría la hemeroteca y removía los escombros.

El incendio se originó casi a medianoche en la planta 21. Los bomberos llegaron en tres minutos. Dicen los vecinos que ya olía a quemado antes de que ardiera. Alguien vio unas sombras. La culpa fue de un cigarrillo.

Y la noticia fugaz que vuelve y pasa repentina por los medios para dejarte una estela de excreciones y náuseas que termina en los sumideros del poder, con el imprescindible comisario Villarejo y el presidente entonces del BBVA, Francisco González, allá en las cloacas donde el Estado afina sus razones antes de que se bendigan en los medios y esta fugaz noticia vuelva a perderse en la noche.

(Preso politikoak aske)