Iñaki LEKUONA
Periodista
AZKEN PUNTUA

Quitarle la ene

La estirpe humana es violenta, pero de una violencia peculiar. Porque la machista no es sino doméstica. La policial en la Catalunya del referéndum no existió, y en cambio la resistencia pacífica de la ciudadanía sí lo fue. Y mientras que la decisión de la Audiencia Nacional sobre los chavales de Altsasu no violenta la justicia, una camisa blanca impoluta es la prueba irrefutable de un delito de odio. Y que le hayan roto la cara de un pelotazo a una joven en una manifestación en Biarritz tampoco es una muestra de violencia policial, como no lo fue en su día la muerte de Iñigo Cabacas. En cambio, lo que violenta y mucho es que la ONU mandate a su Alta Comisionada para los Derechos Humanos Michelle Bachelet para investigar sobre el uso de la fuerza en este país que es la patria de los Derechos del Hombre, que es como se dice aquí. Violenta que se hable de mediadores internacionales para el conflicto catalán. O que algún día el Tribunal de Estrasburgo falle que lo de los chavales de Altsasu es una injusticia. Y violenta que unas mujeres soliciten al responsable de un supermercado que arranque los carteles que hizo diseñar expresamente para el 8 de marzo y en los que anunciaba descuentos en vajilla, textil o cosméticos. Esta raza humana nuestra es violenta, pero en Angelu, un puñado de mujeres le quitaron por un momento la ene, porque a esta estirpe ellas la quieren violeta.