Raimundo Fitero
DE REOJO

No nacido

Aparecen los resultados de una encuesta electoral del CIS y los que salen mal parados en la misma empiezan a recochinearse, insultar y despotricar. Hay unos personajes que se utilizan de escuderos de los titulares que siempre desbrozan el terreno, a veces cortando las malas hierbas y en otras sembrando las semillas de su estulticia amasada en cosechas genuinas. A Zape Rivera le precede siempre un tal Villegas, soso, repetitivo, para que el jefe brille con cualquier tontería.

Se vuelve a advertir desde la más absoluta de la distancia religiosa que los resultados de estas encuestas forman parte esencial de la campaña, las estrategias, las intoxicaciones, pero que, además, contienen datos que los expertos deberían saber descifrar para ir acomodando sus mensajes si es que en el suplicio de estos días de cacería del voto se puede decantar alguien a variar su intención a base de convencimientos o emociones. Hay asesores, guionistas, cómicos que proporcionan ocurrencias, frases, conceptos a sus cabeceras de cartel, pero después hay toda una infantería de candidatos en ebullición que se apuntan a buscar su minuto de gloria diciendo la imbecilidad más reseñable, sin medir los efectos. 

En estos momentos de la encuesta general propia, la mía, el que domina de manera clara la clasificación es Zipi Casado que acumula despropósitos como para que le regalen tres títulos. Y en su equipo hay competencia firme: al campeón de lanzamiento de huesos de aceituna lo tienen un poco tapado porque se le nota que no se ha recuperado de la última adoración nocturna, para eso han puesto a una mujer candidata a la comunidad de Madrid que acaba de soltar la barbaridad del día. Quiere reconocer a los concebidos no nacidos como miembros de la familia. No se admiten chistes. Esto es síntoma de una patología muy grave.