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ANTE EL 26M: AUGE, CRISIS Y COLAPSO DEL «NAPARTHEID» (Y II)

Dos giros claves en 2008-09 y una tormenta perfecta en 2015

Dos acontecimientos excepcionales sentaron las bases de cambio decisivo en la correlación de fuerzas institucional y social en Nafarroa, llevando la mayoría que sostuvo el régimen de «apartheid político» durante 40 años a su derrota: la crisis económica desatada en 2008, cuyas consecuencias se manifestaron en Nafarroa inmediatamente, y el cambio de estrategia de la izquierda abertzale desde 2009.


El anterior reportaje analizaba la hegemonía absoluta del Régimen navarro durante la primera década de este siglo. De repente, todo iba a cambiar. La apuesta por una estrategia que rechazaba expresamente el uso de la violencia hasta llegar al fin de la lucha armada, las condiciones generadas para la acumulación de fuerzas y la superación de la ilegalización (por los pelos: Sortu fue legalizada seis votos contra cinco en el Tribunal Constitucional, y las listas de Bildu a las elecciones de 2011 también) provocaría en Euskal Herria un destensionamiento político y social, así como un cambio en la correlación de fuerzas. Y la izquierda abertzale pasó de estar ilegalizada y en la semiclandestinidad a ser fundamental en el cambio político en las calles e instituciones navarras.

Por otro lado, la crisis económica golpeó con fuerza a Nafarroa, elevando el paro del 4,28% a finales de 2007 al 18,96% a comienzos de 2013, provocando centenares de desahucios y empobreciendo a amplias capas de la clase trabajadora navarra. Una dinámica agravada por las medidas de austeridad impuestas al Estado español por la UE y las medidas adoptadas por los distintos gobiernos para hacer frente a la crisis: reforma del artículo 135 de la Constitución española, sucesivas reformas laborales, recortes, etc.

En este contexto de cambios profundos se dieron los últimos grandes fiascos del PSN. Tras las elecciones de 2007, el PSN, tercera fuerza con 12 escaños, había llegado a un acuerdo con NaBai e IU para aupar al socialista Fernando Puras a la Presidencia del Gobierno. Pero el PSOE ordenó a su filial navarra que diera la espalda al acuerdo y dejara gobernar a UPN. El PSN obedeció, generando fuerte rechazo en amplios sectores de la población. La maniobra sería recordada como «el agostazo» por la fecha en que se consumó. Puras abandonó su escaño y la política.

En 2011, después de que Roberto Jiménez asegurara en campaña que «con UPN no me une absolutamente nada y está descartadísimo que vayamos a gobernar juntos», el PSN aupó a UPN al Gobierno de Nafarroa, siendo Roberto Jiménez nombrado vicepresidente en una coalición inédita hasta la fecha (este acuerdo duraría apenas un año y el PSN fue expulsado por Yolanda Barcina del Gobierno). Ya en 2014, el PSN anunció su intención de presentar una moción de censura contra la presidenta del Gobierno («o dimite Barcina o el PSN la echa» declaró Roberto Jiménez). Ferraz volvió a corregir al PSN, dejando su credibilidad aún más tocada. El «marzazo» hundió al PSN. Roberto Jiménez anunció que no se presentaría a las primarias como candidato a las elecciones de 2015 ni a la reelección como secretario general del PSN. El partido reducido a títere de Ferraz, que en 2007 había obtenido 12 parlamentarios, en 2011 siguió cayendo hasta los 9 escaños y en 2015 cosechó los peores resultados de su historia con 7.

Continúa la ofensiva cultural

Mientras, UPN siguió en su hostigamiento al movimiento popular. Algunos ejemplos: El Ayuntamiento de Iruñea quiso solapar el programa del movimiento popular de San Fermin Txiki con uno oficial, generando un conflicto en torno a las fiestas de Alde Zaharra durante varios años; las huertas okupadas de Aranzadi fueron desalojadas, siendo detenidas varias personas; el Ayuntamiento actuó contra el «encierro de la villavesa», convirtiendo durante varios años la inofensiva carrera de gaupaseros del 15 de julio en un escenario de tensión y cargas policiales. La represión a la presencia de la ikurriña en el txupinazo conoció episodios duros. En 2010 la Policía Municipal cargó en una de las entradas a la plaza del Ayuntamiento causando varios heridos. En el altercado que siguió a la carga policial, un joven madrileño resultó gravemente herido por un botellazo en la cabeza, quedándole secuelas de por vida. Un joven de Zizur fue condenado a tres años y seis meses de cárcel. Mediante una decisión del Tribunal Supremo, el Ayuntamiento de Iruñea no tuvo que indemnizar al joven.

Sin embargo, y a pesar de los estrechos márgenes de acción del movimiento popular, la batalla cultural comenzó a tener expresiones populares nuevas, frescas y originales. En noviembre de 2011 la presidenta de Nafarroa, Yolanda Barcina, recibía los tartazos de los miembros del colectivo anti-TAV Mugitu! Durante 2012, la dinámica Nafarroa Bizirik! arruinó los planes de la derecha en torno al quinto centenario de la conquista de Nafarroa. Ganó la batalla del relato y también la de la calle, con una gran movilización que reunió a 20.000 personas en Iruñea. Y en el cohete de 2013, unos arrantzales barbudos hicieron inevitable la presencia de la perseguida ikurriña en el txupinazo. Las cargas previas de los antidisturbios de las policías municipal y foral en las calles adyacentes no sirvieron de nada.

Más cosas. En 2014, la iniciativa «Guztion Nafarroan guztion ikurrak» reunió 9.000 firmas para llevar al Parlamento una Iniciativa Legislativa Popular con el objetivo de modificar en términos democratizadores la Ley de Símbolos. UPN, PSN y PP unieron sus votos para vetarla. Y en cuanto al derecho al aborto, regulado por una ley estatal de 2010, los gobiernos de UPN no articularon el procedimiento descrito en ella. Osasunbidea no practicó abortos. No activaron la cartera de servicios ni formalizaron las objeciones de conciencia. Simplemente se dedicaron a derivar a las mujeres que querían abortar a otras comunidades autónomas hasta que, en 2013, una clínica privada empezó a practicarlos.

El colapso de la «teoría del quesito»

Volvamos atrás un momento. Las fuerzas del Régimen sufrieron cierto desgaste en las elecciones de mayo de 2011. UPN obtuvo 19 escaños y el PSN, 9. El PP de Santiago Cervera, con el que había roto UPN en 2007 porque Miguel Sanz prefería amarrar en corto al PSN, consiguió cuatro parlamentarios. Las fuerzas del Régimen sumaban 32 escaños. NaBai bajó de 12 a 8 y Bildu entró con 7. Izquierda-Ezkerra conseguiría 3. Hasta 2011, nunca había habido 15 parlamentarios abertzales en el Parlamento de Nafarroa, ni 18 sumando a IU. Los resultados eran históricos, pero la consecución de mayorías seguía siendo una utopía. Gracias al apoyo del PSN, Yolanda Barcina se convirtió en la primera presidenta de Nafarroa. El acuerdo UPN-PSN otorgó a este último la Vicepresidencia del Gobierno (Roberto Jiménez), la Presidencia del Parlamento y tres carteras. El nuevo alcalde de Iruñea sería Enrique Maya (UPN). La «teoría del quesito» enunciada por Miguel Sanz, según la cual UPN necesitaba tener contento al PSN para garantizarse la mayoría absoluta, seguía muy vigente.

Pero Barcina empezó a alejarse de la línea marcada por Miguel Sanz de entendimiento con el PSN, y consiguió imponer su criterio. UPN se presentó a las elecciones estatales de noviembre de 2011 junto al PP, tensando la relación con su socio de gobierno. En junio de 2012 Barcina expulsó del Gobierno al PSN y pasó a gobernar en minoría, con la mayoría del Parlamento en contra y prorrogando presupuestos año tras año tanto en el Parlamento de Nafarroa como en el Ayuntamiento de Iruñea. Bildu y Aralar presentaron una moción de censura en 2013, que no prosperó por culpa de la abstención del PSN.

Las consecuencias de la crisis comenzaron a tener expresiones sociopolíticas, una de ellas en lógica estatal: si bien el 15M no fue tan potente en Nafarroa como en otras partes del Estado, dio a luz nuevas referencias sociales y políticas que tuvieron un rol esencial en los movimientos previos y posteriores al desalojo del tándem UPN-PSN.

Asimismo, hubo hasta ocho huelgas generales en el herrialde entre los años 2009 y 2013, algunas de ellas de alcance estatal y otras a nivel exclusivamente vasco. La del 29 de marzo de 2012 contra la reforma laboral del Gobierno de Rajoy resultó particularmente potente. ELA, LAB y otros sindicatos reunieron en Iruñea a 30.000 personas. Convocadas por los mismos sindicatos, en la huelga del 26 de setiembre del mismo año contra los recortes se manifestaron otras 20.000 personas. Aquel día las cargas de la Policía española provocaron al joven de Atarrabia Aingeru Zudaire la pérdida de la visión de un ojo.

El escándalo de la CAN y el derrumbe

Durante la legislatura 2011-2015 vieron la luz numerosos escándalos de corrupción y prácticas irresponsables o poco éticas que involucraban a altos cargos del Gobierno de Nafarroa y del Ayuntamiento de Iruñea: el caso Pejenaute, el caso Egüés, el caso Polo, el caso Goicoechea y, finalmente, la desaparición de la CAN. La caja navarra, uno de los buques insignia del autogobierno, desapareció absorbida por Caixabank tras años de chanchullos y despilfarros en forma de expansión descontrolada (unas cien oficinas en la CAV, una en Washington y la compra del 30% de un banco húngaro) y regalos a amigos (viajes de lujo a ciertos clientes, relojes de lujo y dietas a altos cargos de UPN y PSN como Sanz, Barcina, Jiménez, el senador por Navarra Suma García Adanero o Enrique Maya, actual aspirante a la Alcaldía de Iruñea...). Y con ella desaparecieron más de 700 empleos entre 2008 y 2013.

La asociación Kontuz! jugó un papel crucial haciendo públicos muchos de estos casos, llevando algunos de ellos a los tribunales y canalizando la indignación social. Si en febrero de 2013 fueron 5.000 las personas que se manifestaron, en junio ya sumaban más de 20.000.

El cambio de orientación de UPN, rompiendo con el PSN y acercándose a PP, trajo por su parte una fuerte división interna que desembocó en un congreso celebrado en marzo 2013. El congreso tuvo lugar en un ambiente enrarecido por la crisis, los recortes, su minoría parlamentaria, los escándalos de corrupción u otros como los efectos de la privatización de las cocinas del Complejo Hospitalario de Nafarroa. Se presentaron dos listas, una encabezada por Barcina, favorable al acercamiento al PP, y otra encabezada por Alberto Catalán, proclive al entendimiento con el PSN. La lista de Barcina ganó por la mínima, pero copó todos los puestos de poder del partido. El problema interno de UPN quedó irresuelto.

Además, y como señal evidentísima de la crisis que se larvaba en el Régimen, Barcina hizo pública su decisión de no presentarse a las elecciones de 2015 una vez proclamada, pasándole el testigo a un poco conocido Javier Esparza a solo seis meses de la cita electoral. El PPN, por su parte, quedó afectado por el aún sin aclarar caso Cervera y, sin presidente, sería gestionado por una gestora desde 2014.

UPN, PPN y PSN llegaron a las elecciones de mayo de 2015 con grandes déficits de popularidad debido a conjunción de los factores ya descritos. A pesar del paso atrás dado por dirigentes ya quemados como Barcina o Jiménez, en mayo de 2015 los tres partidos tocaron sus suelos electorales, sumando 24 escaños entre los tres. Desaparecía la capacidad de veto del PSN. Ciudadanos, un partido entonces residual en Nafarroa, se quedó sin escaño pero sacó 10.000 votos que, de haber ido a la saca de UPN, hubieran dado un parlamentario más a este en detrimento de Geroa Bai.

Fue la tormenta perfecta que hizo posible lo imposible: desalojar a UPN y su muleta, el PSN, de los puestos de mando de las instituciones más importantes de Nafarroa.