Amaia U. LASAGABASTER
FRANCIA 2019

Premio para un gran equipo

Suecia se cuelga su cuarta medalla tras completar un magnífico torneo y a costa de una Inglaterra que se ha venido abajo.

INGLATERRA 1

SUECIA 2


En la segunda línea de la parrila de salida, Suecia acaba el Mundial entre los mejores. Y no sólo por colgarse el bronce, sino sobre todo por cómo lo ha conseguido. El equipo de Peter Gerhardsson ha firmado un torneo brillante, en el que ha ido mejorando prestaciones conforme avanzaba el torneo, pese a que lógicamente, también crecía el nivel de sus rivales.

La consecuencia es esa medalla de bronce, que se añade a los otros tres podios –una plata y otros dos bronces– que ya lucían en su palmarés. Y a la plata olímpica, que intentará defender y mejorar en Tokyo. Si Suecia quería sacudirse en Francia la etiqueta de histórica venida a menos, no hay duda de que lo ha conseguido.

Su último rival, por el contrario, regresa a casa sin haber logrado su objetivo. Era ambicioso, no cabe duda. Pero es que Inglaterra no sólo no alza el trofeo, sino que ni siquiera puede reeditar el bronce de Canadá. No da ese último paso que se le augura ya desde hace algún tiempo pero para el que tendrá que esperar, como mínimo, para la próxima Eurocopa en la que precisamente ejercerá de anfitrión. Inglaterra, además, inversamente a la línea que ha dibujado Suecia, se ha desinflado en la recta final del campeonato. En la semifinal, y al margen de los méritos que sí hizo su rival, sólo ofreció su mejor versión durante poco más de media hora. Ayer, posiblemente como consecuencia de ese varapalo y también con responsabilidad para su rival, estuvo aún peor.

Y eso que Suecia también venía de llevarse un buen disgusto tras perder el billete a la final en el descuento de un partido en el que fue mejor en líneas generales. Y con 120 minutos de eliminatoria en las piernas y un día menos de descanso.

Por eso mismo quiso evitar un partido largo. Con intensidad y ambición, las nórdicas entraron mejor al campo. En sólo diez minutos ya marchaban por delante en el marcador. Asllani, recuperada del fuerte golpe en el cuello que sufrió en el último encuentro, aprovechaba un mal rechace de Greenwood –una de las numerosas novedades en el once de Neville– para anotar el 0-1. Inglaterra fue incapaz de reaccionar. En buena medida porque se lo impedía su rival que, presionando arriba y con fuerza, generaba mucho peligro. Jakobsson, que acaba el Mundial en un estado de forma sensacional, remató al palo poco antes de firmar el segundo, que llegaba a los veinte minutos.

Un par de acciones simultáneas –un chutazo de Bronze, primero de su equipo entre los tres palos, y los problemas físicos de Asllani y Rolfo, que tuvo que ser sustituída– permitieron a Inglaterra meterse en el partido todavía con tiempo suficiente por delante para darle la vuelta a la tarde. Más aún después de que Kirby, en una muy bonita jugada, acortara distancias. Sólo un minuto después White restablecía el empate pero, previa consulta en la pantalla del VAR, la colegida anulaba el tanto al considerar que se había ayudado del brazo.

Inglaterra regresó mejor de vestuarios. Suecia, con los cambios agotados para el minuto setenta, acusaba el cansancio. Pero las lionesses no tuvieron lucidez siquiera para generar suficientes ocasiones claras –en la mejor Fischer despejó sobre la línea– y a las suecas les sobró tenacidad para paliar la falta de gasolina y amarrar su ventaja.