Contingentes
Vaya por delante que siempre he defendido una remuneración digna para cualquier estamento de la función pública. Aquellos trabajadores, sean o no funcionarios, que se dedican a posibilitar la gestión de las áreas que afectan a los ciudadanos deben desarrollar sus cometidos en las condiciones más adecuadas, porque eso redunda en un beneficio común más que evidente. Y, como decía, en este capítulo está incluido, lógicamente, el sueldo. Necesitamos que quienes manejan todo lo que atañe a la res publica dispongan de un salario digno y acorde con las responsabilidades que se les exigen, para evitar, además, que los más capacitados opten indefectiblemente por el sector privado.
Ahora bien, los sueldos de los cargos electos, aún permaneciendo bajo la consideración genérica del párrafo anterior, tienen una particularidad que emana de su carácter político: deben guardar relación directa con la situación de aquellos que, a la postre, son quienes pagan las nóminas públicas: los contribuyentes.
Atendiendo a esa premisa, difícilmente puede entender el ciudadano de a pie que un alcalde se suba el sueldo con la que está cayendo. Por poner un ejemplo: el de Etxebarri, en Bizkaia, cobrará este año un 20% más que el anterior: 64.000 euros. La pregunta: ¿es la situación económica de los etxebarritarras un 20% mejor que en 2018? ¿Trabaja o va a trabajar el primer edil de la localidad un 20% más? Créanme si les digo que no.
Es cuestión de sensibilidad. En Galdakao y Arrigorriaga, pueblos vecinos del citado, los alcaldes se han bajado el sueldo un 30% y un 40%, respectivamente. Y se da la circunstancia de que no solo el alcalde, sino también el teniente de alcalde de Etxebarri (poco más de 11.000 habitantes), cobrará más que el alcalde de Galdakao (cerca de 30.000 almas).
Como habrán supuesto ustedes, la noticia ha causado revuelo en Etxebarri. Y con revuelo me refiero a indignación. Y, curiosamente, justo al día siguiente de conocerse la noticia, en cierto periódico vizcaíno se publicaba la noticia de que el Ayuntamiento se gastará 400.000 euros en peatonalizar una calle. No cuela. Señor alcalde, todos somos contingentes, pero usted el primero.