Laso agita un experimento con txakoli pero sin pautas
Altuna-Irribarria se hicieron con un desafío en el que el de Bizkarreta mejoró a su pareja como zaguero.
ALTUNA-IRRIBARRIA 22
OLAIZOLA II-LASO 17
Dicen que de bodas salen otras bodas y Laso –sustituto de última hora de un Artola que quiso guardar su zurda para la final de hoy– hizo que del desafío del jueves en Donostia pueda salir algún otro con el que echar pimienta a este anodino verano. Y es que más de un pelotazale salió del Atano III con ganas de ver un partido con el de Bizkarreta de zaguero desde el inicio, vistas sus prestaciones en la parte final del partido, en el que Altuna III-Irribarria se hicieron con las 600 botellas de txakoli, con las que celebrar la redención tras sus últimas decepcionantes actuaciones.
Si el verdadero espíritu de este tipo de partido es el de ofrecer espectáculos novedosos y frescos, lejos de la rigidez y ataduras del invierno, esto llegó en torno al 17-10 cuando, más o menos accidentalmente, Olaizola II y Laso cambiaron sus papeles en la cancha y el de Goizueta volvió a su hábitat natural, pasando el de Bizkarreta a los cuadros largos. Sin ninguna legislación a este respecto en este tipo de desafíos, pero con el aval del reglamento, el cambio no gustó entre los regidores de Aspe, que vieron peligrar el triunfo cuando los de Baiko se acercaron 17-14, pero salvó al estelar de caer en esa línea plana que viene ahogándonos este verano.
Porque por mucho que Olaizola II había vencido en sus dos partidos anteriores como zaguero, o que Irribarria nunca había vencido en esa demarcación estaba siendo muy favorable al de Arama, por mucho que se peleara con la chapa de arriba.
Aimar, sin chispa
La colocación del de Goizueta sigue siendo excepcional, su visión desde atrás sigue siendo inmejorable, pero sus brazos ya no le permiten atrasar la pelota, no al menos lo exigible si enfrente está un Altuna III con el punto de mira despejado.
Así las cosas, la pareja guipuzcoana enseguida se escapó muy rápido en el marcador (6-1 y 11-4), logrando una ventaja que supieron gestionar a pesar de la irrupción de Laso en los cuadros largos, donde se le metió otra chispa al partido, llegando a inquietar a sus rivales. De paso, evidenció la necesidad de legislar, de una u otra manera, este tipo de experimentos.
Urriza y Barrenetxea, a por la final
Urriza y Barrenetxea IV se enfrentarán esta tarde en Galarreta y el ganador tendrá el premio de ser primero de grupo, en la liguilla del Torneo Kutxabank, que da acceso directo a la final. El perdedor deberá jugar el sábado que viene la semifinal. Urriza cuenta con ocho puntos después de haber ganado sus dos partidos, mientras que Barrenetxea tiene seis.
En principio, Urriza es el favorito indiscutible y, a pesar de haber jugado muchas veces en contra, nunca ha logrado el zaguero hernaniarra ganar al iruindarra mano a mano.
El año pasado jugaron en la liguilla con victoria ajustada de Urriza por 30-27, en la final del Masters de 2018 la victoria del navarro fue por 30-19, en la liguilla del Kutxabank de 2017 Urriza ganó 30-21, el mismo resultado que se dio en la final del Kutxabank de 2016.
Barrenetxea se ve cada vez más cerca, pero anuncia que cambiará su forma de jugar esta vez. ¿Le servirá? GARA