Cocción machista
La semana pasada leía en la prensa seria este titular: “Circula por Ibiza con una mujer desnuda sobre el techo de su Ferrari”. Tiene miga. Para empezar, analicemos los protagonistas del suceso que el editor trataba de presentar como noticia ligera y relajada: el conductor, la mujer y el Ferrari. De los tres, presumo, el último es el que dispone de mayor cociente intelectual. Con diferencia. Los otros dos, de cocción mental, escasos. De cocción etílica, sin embargo, bastante apañados, por lo que se adivina, aunque sin pruebas no quisiera restarle méritos al audaz y llamativo episodio erótico-cinético que protagonizaron estos anónimos amantes de la «dolce far niente». Debo decir que en su derecho están –salvo lo que determinen las correspondientes leyes del decoro y el pacatismo– de emplear su tiempo como mejor les parezca, no nos vamos a poner ahora estupendos.
Pero guardo para el final, de forma premeditada, un cuarto protagonista: el redactor de la noticia. Aquí la cosa se pone seria. Para el periodista en cuestión, y también para, en su caso, quien diera el visto bueno a la edición de ese día, la historia tiene un protagonista único e indiscutible: el conductor. ¿Por qué? Porque es un hombre. Veamos. Si hubiese conducido un Fiat con una maleta encima, nunca habría sido noticia. De hecho, el Ferrari tiene más relevancia que el conductor. Y no digamos la mujer, auténtico foco objetivo de la noticia. Pero no, porque es hombre, tiene pasta, un coche de lujo y ha conseguido que una chica se quite la ropa para lucir su cuerpo sobre el deportivo. Él es la estrella, aunque sea de un vodevil estival de tres al cuarto.
Vamos resumiendo. No entro a dirimir si el sucedido es o no noticia, ahí está la libertad de prensa. Tampoco el papel de la chica en el desaguisado, porque la asiste la libertad de usar su tiempo y su cuerpo para lo que tenga a bien. Y si me apuran, ni siquiera al piloto, siempre que no utilizara malas artes para hacer que la chica trepara a lo alto de la carrocería italiana. El que no tiene excusa es el medio de comunicación que refleja y replica en sus páginas la peor versión de los estereotipos machistas de utilización de la mujer como posesión y objeto sexual. No avanzamos.