Dirigiéndose al president Torra, el ministro Grande Marlaska quiso recordarle que «dentro de la ley cabe todo y fuera de la ley ya sabe cómo actúa un Estado de derecho». En efecto, dentro de la ley cabe todo. Caben las condenas desproporcionadas de los líderes del Procés, como cupieron las penas inverosímiles de Altsasu. Caben los apaleamientos de manifestantes en Catalunya de estas semanas como cupieron las de octubre de hace dos años. Dentro de la ley cabe todo, caben los abusos policiales que han difundido las redes sociales estos últimos días como las torturas en oscuros calabozos practicadas con la connivencia judicial, algo sobre lo que el propio Grande Marlaska algo debe saber, porque de las nueve condenas del TEDH a España por no investigar torturas, en seis el juez instructor fue el actual ministro de Interior. Todo cabe dentro de la ley, y fuera de ella también sabemos cómo actúa este Estado de derecho que en este mismo mes de octubre de hace 36 años secuestraba, torturaba y enterraba en cal viva bajo las siglas del GAL a dos ciudadanos vascos siguiendo la senda trazada por las cloacas del sistema años antes con la Triple A o el BVE. Visto lo visto, se entiende que, ayer, el propio ministro reclamara «democracia sí, violencia no», porque el Estado escasea de lo primero y rebosa de lo segundo. Grande, Marlaska.