Tupido velo (II)

Ydos, porque el lunes, con la tinta de este titular aún caliente, un octogenario de extrema derecha cegado por el trapo de la islamofobia decidía darle fuego a la mezquita de Baiona pegándole de paso un par de tiros a dos fieles que acudieron a recriminarle sus intenciones. Y al día siguiente el Senado votó a favor de la propuesta de ley para prohibir que las madres que acompañan a los docentes en las salidas escolares lleven velo. Laicismo lo llaman, aunque en realidad todo responda al mismo temor que alimentó la ceguera del asaltante lepenista. Porque si se tratara de laicismo, si no hubiera un tufo islamófobo en el ambiente, Emmanuel Macron se habría presen- tado en el minuto siguiente en el hospital donde están las dos víctimas. Como expresó uno de los familiares, «si hubieran quemado la sinagoga, Macron ya estaría aquí». Pero el presidente tenía otros planes, como conceder por sorpresa una entrevista en ‘Valeurs actuelles’, un semanario que rezuma extrema derecha en todas sus páginas y que fue condenado por incitación al odio racial. «Es importante que el presidente se dirija a todos los franceses», se defienden en el Elíseo, olvidando que las hijas y las nietas de aquellos que emigraron desde las antiguas colonias son también ciudadanas francesas. Aunque lleven velo.