DEC. 11 2019 FÚTBOL Los cinco magníficos de Primera Los entrenadores vascos de la élite ponen un punto de cordura en un universo en el que deporte y negocio se solapan cada vez más. Iñaki TELLERIA José Luis Mendilibar (58 años, Eibar), Asier Garitano (50, Alavés), Imanol Alguacil (48, Real), Gaizka Garitano (44, Athletic) y Jagoba Arrasate (41, Osasuna) son los entrenadores de los equipos vascos de Primera, la élite del fútbol. Euskaldunes, exfutbolistas y bien avenidos, reconocieron que el virus del entrenador se lo inocularon cuando eran jugadores, si bien Mendilibar, el veterano, matizó que «cuando dejas de ser futbolista, tienes que ser algo», aunque también asumió que lo llevan en la sangre porque «de niño sueñas con ser futbolista de Primera, pero nadie sueña con ser entrenador de Primera». Asier confesó que «siempre» tuvo «inquietud por entrenar». «Soy de la escuela de Lezama y allí siempre me preguntaba el porqué de las cosas. No me cabía duda de que quería ser entrenador», apuntó el de Bergara. Arrasate, por su parte, recordó que asumía sus «límites como futbolista», pero «el fútbol me apasionaba. Cuando iba en el coche con Manix Mandiola, mi entrenador, ya le daba consejos para hacer la alineación y le decía que no me pusiera a mí, que había otros mejores». Gaizka también corrobora que, cuando jugaba, «me preocupaba de analizar el juego, los esquemas...». Es hijo de entrenador –Ángel Garitano “Ondarru”– y sobrino del exjugador del Athletic Ander Garitano, por lo que no puede ocultar que ha «mamado» el fútbol en casa, aunque no hablaban de temas tácticos. Imanol, por su parte, rememoró su etapa con jugadores como Bittor Alkiza –segundo de Arrasate– o Mikel Lasa y confesó que en sus comienzos en Orio y Zarautz no imaginaba que iba a entrenar en Primera División. Mendilibar les recordó que lleva 26 años como entrenador y que le han despedido en cuatro ocasiones. «La primera que me echaron me dijeron que, entonces, ya era entrenador», señaló. A lo que Imanol le respondió: «Yo sigo sin ser entrenador». Los cuerpos técnicos Tras repasar sus comienzos, valoraron lo diferentes que son los cuerpos técnicos de entonces y de ahora. Mendilibar solo tenía un ayudante y tenían que hacer de todo «la preparación física, la táctica, informar sobre los rivales, hacer de psicólogos...». El de Zaldibar ilustró el cambio que se ha producido con la imagen de los posters de los equipos. «Entonces solo aparecían 24 personas en las fotografías: 22 jugadores y los dos técnicos. Ahora aparecen cuarenta y quince de ellos no son jugadores». Imanol defendió que en la actualidad es necesaria la ampliación de los cuerpos técnicos. «El fútbol profesional te lo exige», dijo. En la misma línea Asier recordó que él empezó formando parte de un staff «y me sentí muy valorado. Ahora doy mucho valor a los que trabajan conmigo». Arrasate insistió en la necesidad de «delegar funciones porque en un partido un entrenador tiene que estar totalmente fresco para centrarse en el juego, por lo que tiene que delegar otros aspectos». Gaizka, por su parte, advirtió del peligro de sobredimensionar los staffs. «Yo, que soy más de cuerpo técnico reducido, he ido a equipos donde me han puesto tres preparadores físicos, tres analistas, psicólogos... y he llegado a preguntarme ‘¿y yo qué hago? ¿me limito a alinear jugadores el día del partido?’». Relación con los jugadores En cuanto a la relación con la plantilla, habitualmente delegan a sus segundos el trato más personal con los jugadores. Mendilibar lo hace con Iñaki Bea; Arrasate con Alkiza; Gaizka con Patxi Ferreira; Imanol con Mikel Labaka, y Asier con Javi Cabello y Miguel Pérez. Todos son partidarios de medir las relaciones para evitar equívocos. Eso sí, lo que quedó de manifiesto en la charla organizada en Donostia por el Comité de Entrenadores de Gipuzkoa es que la relación entre ellos es excelente, si bien también confesaron que nunca se llaman para pasarse información o contarse aspectos de terceros equipos. «Les quitaríamos el trabajo a otros», comentaron con humor. Mendilibar y su pelea con el VAR Entre los muchos frentes de los entrenadores de élite están los cambios en el reglamento y las nuevas tecnologías como el VAR. Del videoarbitraje todos, excepto Mendilibar, que le sigue viendo «más inconvenientes que ventajas», son fervientes partidarios. Lo consideran un avance para «impartir justicia», si bien coinciden en que necesita ajustes. Gaizka apuntó que «ahora ya no hay goles con manos escandalosas o en claros fueras de juego», a lo que Imanol añadió que el trabajo de los árbitros «sigue siendo muy difícil y nosotros, muchas veces, se lo complicamos más». Sobre la presión bajo la que trabajan, «bendito sufrimiento que hacer lo que te gusta y además te pagan», matizó Asier. Coincidieron que la mayor presión, más que la que les llega del club y la de los medios de comunicación o los aficionados, se la ponen ellos mismos. También fueron unánimes al reconocer que a las redes sociales ni se acercan. I.T.