Amparo Lasheras
Periodista
AZKEN PUNTUA

El alcalde que imitaba a Trump

De cuando Boris Johnson era alcalde de Londres, la hemeroteca guarda auténticas perlas de lo que es un pensamiento populista y racista. Afirmó que a las familias musulmanas el Gobierno les debería quitar la custodia de sus hijos para evitar que, de mayores, se convirtieran en terroristas. Esta idea se consideró el exabrupto de un político con ganas de llamar la atención. Ya en el cargo de Primer Ministro se permitió suspender temporalmente la actividad parlamentaria de su país, la más antigua de Europa, y tampoco alarmó lo suficiente. La defensa a ultranza del Brexit, único mensaje de su campaña, le ha servido para vender soluciones de todo tipo y llegar a las emociones fáciles de una sociedad individualista, de prepotencia colonialista, que perdió la fuerza y los arraigos de clase durante el thatcherismo. La táctica del titular exaltado, tan común en la ultraderecha, ha permitido a Johnson, aquel alcalde xenófobo que imitaba a Trump, hacerse con la mayoría de escaños. En cambio, los laboristas, con Corbyn a la cabeza, defendiendo un programa de izquierdas, han obtenido los peores resultados desde 1935. Incomprensible. Será que no controlo bien y eso que llaman el realismo posibilista de la clase media, al final, siempre termina escorándose a la derecha y cargándose la utopía.