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NUEVO ATLAS DE LAS COMARCAS DE EUSKAL HERRIA

LOS ESKUALDES EVIDENCIAN LA METROPOLIZACIÓN VASCA

El nuevo atlas de comarcas que ha desarrollado Gaindegia releja un fenómeno cada vez más latente en Euskal Herria: la metropolización. Esta transformación de las metrópolis vascas y su extensión ha provocado un desequilibrio a lo largo y ancho del país.


La relación entre el ser humano y su entorno sufre un cambio constante. Las vidas de los habitantes de Euskal Herria se desarrollan en diferentes escalas geográficas que están en continua interacción. La cotidianidad se desenvuelve, por tanto, en dichos entornos que cambian y se diversifican según la situación socioeconómica. Para Gaindegia, la escala comarcal sigue siendo necesaria para entender la geografía diaria de los ciudadanos vascos y, aunque con la entrada en el nuevo milenio se haya debilitado la demarcación de los eskualdes, estos siguen siendo el «sistema solar» de la vida cotidiana, enmarcados en «una constelación más amplia» que es Euskal Herria.

Es por ello que el observatorio dedicado a fomentar el conocimiento y la opinión sobre la economía y la sociedad vascas ha desarrollado un atlas interactivo en el que cualquier usuario puede acceder a la información básica de su comarca a través de un simple clic en un mapa que refleja la intensidad de diferentes indicadores, que se dividen en cuatro campos: territorio, economía, cohesión social y demografía. Se puede consultar, por ejemplo, desde el porcentaje de tierras agrícolas de cada eskualde hasta el porcentaje de viviendas vacías; y realizar así un análisis comparativo con otras comarcas o con los índices de todo el país.

Para el coordinador de Gaindegia, Imanol Esnaola, el atlas «tiene un carácter analítico y divulgativo» y el objetivo es enseñar a la ciudadanía las dimensiones económicas y sociales de Euskal Herria partiendo de una dimensión aún muy importante: los eskualdes. Gaindegia ya había trabajado la información en diferentes niveles, como ayuntamientos o herrialdes, de los que existe una «dimensión abstracta» respecto a varios campos. Y es que varias actividades como la salud, el servicio de emergencias o la educación se organizan por comarcas. Además, varios proyectos con visión de país se han materializado en base a esos mismos espacios, como las ikastolas, los medios de comunicación locales o las sociedades culturales.

«Hemos podido usar otras estructuras de eskualdes, pero hemos elegido las que tienen mayor funcionalidad», señala Esnaola. Es por ello que a la hora de definir las comarcas de Euskal Herria se han tenido en cuenta los siguientes criterios: las comarcas que maneja Eustat para la CAV, los eskualdes que define la nueva Ley del Mapa Local para Nafarroa Garaia y los territorios definidos, antes de la creación del Euskal Hirigune Elkargoa, por asociaciones populares para Ipar Euskal Herria.

No es la primera foto socioeconómica de los eskualdes de Euskal Herria que realiza Gaindegia. Entre los años 2004 y 2005, el periódico “Berria” publicó una serie de reportajes sobre comarcas que Gaindegia recopiló y fusionó en un libro. «Ahora hemos pasado del físico al digital con una herramienta útil y de uso fácil que puede venir bien en colegios o institutos», destaca Esnaola. Además, si el usuario quisiese una información más detallada, es posible acceder mediante los links ubicados en el mapa a la descarga de la base de datos utilizada: un reportaje sobre cada eskualde, la explicación de cada estructura, la capa espacial de cada comarca y su correspondiente ficha técnica.

De lo polinuclear a la metrópoli

Esta radiografía socioeconómica ha permitido sacar varias conclusiones como la constatación de un desequilibrio cada vez más latente entre comarcas. «Este pueblo es polinuclear y ese es un valor relevante en el siglo XXI. La implantación industrial ha sido bastante amplia», manifiesta Esnaola. No obstante, destaca que «la metropolización ha sido un fenómeno importante durante las últimas décadas» y añade que algunos eskualdes «se han reforzado de una manera considerable» en términos de población y de actividad económica. Otros, en cambio, se han debilitado debido al desplazamiento de la población.

Gasteiz es un ejemplo claro de metropolización, al igual que Iruñerria. Situada en la comarca del Arga, ha acumulado la mayor población, capital económico, político y cultural. Ha tenido un crecimiento ininterrumpido durante el siglo XX y, a partir de 2008, ha sido la metrópoli vasca con mayor crecimiento demográfico. Se ha convertido, a su vez, en una urbe que reúne dinamismo y recursos, provocando así nuevas segregaciones geográficas, pues acogió a población de toda Nafarroa Garaia a partir de la década de los sesenta, y ha dejado el reto de tejer nuevas cohesiones sociales debido a la despoblación generada.

El 27,4% de la población vasca reside en Bilbo Handia, una zona que ocupa solamente el 2% del territorio. Epicentro vasco de la industrialización durante el siglo XIX, fue un baluarte del crecimiento económico, demográfico y urbanístico durante el siglo XX. Al contrario que Iruñerria, explica Esnaola, Donostia y Bilbo atraen a la población de entornos más cercanos.

Esnaola explica que también se han producido nuevas concentraciones de población en zonas como Tutera o Debagoiena. Sin embargo, las metropolización ha provocado que las condiciones y derechos en materia de transporte, acceso al empleo, equipamientos y servicios públicos de los ciudadanos no se garanticen por igual a lo largo del país, y cuyas consecuencias pueden observarse en el atlas de Gaindegia.