Mochilas al aire en Donostia por las víctimas de la política penitenciaria
Dos millares de personas se manifestaron ayer en Donostia para reivindicar los derechos de los presos y presas y sus hijos e hijas y exigir que Xua, que en enero cumplirá 3 años, vuelva a casa con su padre y madre, presos en Picassent. Han llamado a participar en la «gran fiesta» que acogerá el frontón Atano de Donostia el 19 de enero.
Una kalejira protagonizada por la alegría y el optimismo de los menores se apoderó ayer del centro de Donostia para exigir que se cumplan los derechos de los presos y presas vascas y los de sus hijos e hijas, y en especial para que Xua, que el 19 de enero de 2020 cumplirá 3 años, vuelva a Usurbil junto a su padre y madre, presos en la cárcel valenciana de Picassent.
Minutos antes de que partiera la marcha, convocada por Sare y la plataforma Xua Gurasoekin Etxera, una docena de joaldunas procedentes de Orio ambientaban los alrededores del Bulevar donostiarra, desde donde partió la kalejira.
Globos blancos con el logo de la plataforma Xua Gurasoekin Etxera, cabezudos, trikitilaris y el lema “Orain presoak” seguían a la cabeza de la manifestación, en la que una veintena de niños y niñas ataviados con mochilas azules –que simbolizan la carga física, psicológica y emocional que les ocasiona un sistema penitenciario injusto que interpone centenares de kilómetros entre ellos y sus madres y padres–, sostenían una sábana blanca que tenía impreso el logo de la plataforma.
«Zer moduz zaudete?», les saludaba Porrotx, el otro protagonista de la marcha, ataviado con su bandera multicolor. «Ondo», respondían al unísono, a la vez que el payaso más querido de Euskal Herria les daba instrucciones: «Lehendabizi joaldunak joango dira, eta pero gu!».
Nada más iniciar la marcha comenzó a sonar “Mendizaleak gara” de la mano de una charanga liderada por Joseba Tapia y Josu Txapartegi, y la cabeza de la manifestación se convirtió en una fiesta constante en la que también se escucharon gritos a favor de la excarcelación de los presos y presas políticas como “Euskal presoak etxera!”, mientras otros cantaban, al son de los trikitilaris, temas como “Borrokalari kalera” o “Agur Xiberua”.
El ambiente se volvió contagioso, pues según avanzaba la marcha por el mercado navideño los turistas se acercaban, tomaban fotografías e incluso alguno se aventuró a preguntar por el origen de la iniciativa, convencido de que se trataba de una fiesta folklórica.
El tono de la manifestación cambió en el acto central, que se celebró tras el Ayuntamiento –en atención a los protagonistas de la marcha, al lado del tiovivo y la famosa noria–, al llegar el momento de las intervenciones. Con los niños y niñas de la mochila sobre el escenario, Porrotx presentó el acto, al que dio inicio Beñat Gaztelumendi. «Umeak ume izan behar du, hala esaten da sarri/ espetxeetan, ordea, ez da horrelakorik igarri/ gure herrian zenbat zauri eta zenbat mendeku egarri/ zenbat gatazka, zenbat gorroto, zenbat motxila mingarri/ horren pisua ezin da gure haurrengan jarri», cantó. Tras Gaztelumendi, Porrotx amenizó una sesión de “Epo i tai tai e” antes de pasar a la lectura del comunicado, de la mano de Sara Majaretas y Aitor, de la plataforma Xua Gurasoekin Etxera.
Nuevas citas en enero
Recordaron que han pasado dos años desde que empezaron a denunciar la situación de los menores que tienen la madre, el padre –o ambos– presos pero que ya son 30 desde que se impuso el alejamiento en el Estado español, y aseguraron que son sus hijas e hijos los que se llevan la peor parte. Actualmente son 105 los menores que sufren esta situación, cinco de ellos desde dentro de la cárcel –cuatro en Picassent y una en Aranjuez–: «Cuando cumplen tres años los separan de sus padres y madres, con el daño psicológico que supone el salir de la vida que han conocido hasta ese momento. Además, durante los próximos años tendrán que recorrer kilómetros para verlos, con todo lo que ello supone». Es el caso de Xua, que el 19 de enero cumplirá tres años y tendrá que dejar Valencia para convivir con su abuela en Usurbil. Para cada visita tendrá que recorrer 1.200 kilómetros, 600 de ida y otros tantos de vuelta.
«105 niños y niñas como Xua recorren muchos kilómetros cada fin de semana perdiendo clases, fiestas de cumpleaños, partidos, sin tiempo para hacer los deberes…», recordaron, y matizaron que es «una labor de todos nosotros hacer que esta situación cambie». «Queremos acabar este año quitándoles el peso que llevan en las mochilas, y empezar el 2020 con más fuerza», aseveraron.
El acto concluyó con el llamamiento a participar en las movilizaciones del próximo 11 de enero por los derechos de los presos y presas políticas, así como en la «gran fiesta» que se celebrará el 19 de enero, cuando Xua cumpla 3 años, en el frontón Atano de Donostia (las entradas se pueden adquirir en la web de Sare), y con los participantes unidos de la mano cantando “Agur bat lagun maite”, amenizados por Porrotx.