JAN. 19 2020 JO PUNTUA El sinsentido de los nacional-católicos Fede de los Ríos El tardolicenciado y remasterizado Casado, compañero de tontería y escaño con Cayetana, la excesiva marquesa del improperio, sigue a rebufo del camarada Abascal. Ahora apoyando sin reservas el llamado «pin parental» a fin de que las familias puedan negarse a que sus hijos e hijas reciban educación en las escuelas e institutos sobre la diversidad sexual existente y la igualdad de género como un derecho humano: «Mis hijos son míos y no del Estado, y lucharé para que este Gobierno radical y sectario no imponga a los padres cómo tenemos que educar a nuestros niños» rezaba uno de sus tuits este pasado viernes, «que el Gobierno saque sus manos de nuestras familias» exigía en su ya delirio crónico. Mucho mejor las cariñosas manos de nada adoctrinantes hermanos Maristas que tantos recuerdos le traen. Nunca tuvieron los nacional-católicos mucho sentido de la medida; ahora, a su ausencia característica de sentido del humor se les une una absoluta pérdida del sentido del ridículo. La web del PP arropando al líder: «El socialcomunismo se empeña en adoctrinarnos en todos los aspectos de la vida para crear y manejar al individuo. Solo con la libertad y la Ley podremos combatirles» debajo de un retrato de Stalin con niño en brazos. Los periodistas y medios oficiantes de palanganeros del fascio o nacional-catolicismo español ya no pierden tiempo en la construcción de falsos relatos como cuando eran prensa amarilla. Ya vale todo. Desde descontextualizar frases para hacerles decir lo contrario de lo dicho a simplemente inventárselas: «La directora del Instituto de la Mujer anima a penetrar analmente a los hombres para alcanzar la igualdad». ¿Quién da más? Beatriz Gimeno, que así se llama, «la feminazi» es «una activista lesbiana antihombres y anticatólicos que llama a quemar iglesias» informan los liberales medios. El más ocurrente de los juntaletras titula su columna “Mi ano no es de Podemos”. Beatriz, no sabía de ti y ya te quieroi. Los periodistas y medios oficiantes de palanganeros del fascio o nacional-catolicismo español ya no pierden tiempo en la construcción de falsos relatos como cuando eran prensa amarilla. Ya vale todo