Turismo
Si la turistificación masiva de determinadas ciudades ha llegado a ser un problema (Praga, Amsterdam, Barcelona, etc.), no resulta menor el provocado en espacios naturales extremadamente publicitados. En nuestro entorno el tema de San Juan de Gaztelugatxe ha llegado a salirse de madre con la serie televisiva “Juego de Tronos”, con cinco mil visitantes en días especiales y con diversas intervenciones de rescate de la Ertzaintza en accidentes de gente en exceso urbana, poco hábil en gestionar las no demasiado regulares escaleras de acceso. Leo ahora en montagna tv que el pueblito alpino de Hallstatt, en el macizo austriaco de Dachstein, se ha consolidado como el lugar de inspiración de la película “Frozen” de la productora Disney hasta el punto de que un magnate chino ha construido una réplica del pueblo en Guangdong. Eso y la tv coreana han hecho que lleguen al lugar (población: 778) unos 10.000 turistas al día, sobre todo de China, Japón y Corea, además de unos 20.000 autobuses al año, en busca de Arendelle, de las princesas Elsa y Anna y del selfie perfecto a orillas del lago. Población molesta (a pesar de los ingresos) por la basura y drones a todas horas y lugares. Munícipes desbordados y pensando en todo tipo de prohibiciones de acceso. ¿Cómo disuadir a la gente de que vengan? Algunos locales proponen publicitar el slogan “Elsa ya no vive aquí”, otros, desengañados de la especie humana imploran ¡señor, señor, que venga ya el meteorito!