Huida hacia adelante

En nuestra última aparición en esta ventana, nos hacíamos eco de la patada a seguir de Borja Sémper disfrazada de admirable intento de conciliación de la vida familiar y laboral, sazonada con puerta giratoria hacia multinacional con cargo directivo, para el que el candidato no aportaba vate mérito profesional que se conozca, y nos inclinábamos por pensar en que al vate de la política pepera en Euskal Herria le habían dado la boleta, para que el tándem Casado/Álvarez de Toledo coloque a los suyos de cara a las inminentes elecciones autonómicas. Quizá debimos incluir en el paquete decisor a Aznar, que amenaza con no callarse, que habla traduciendo simultáneamente del inglés americano. El PP en el Ayuntamiento donostiarra quedó descabezado.

Ahora cae otra gran cabeza, nada menos que la de Ernesto Gasco, líder del PSOE, que forma equipo de gobierno con el PNV. Ya tras las últimas elecciones municipales se rumoreó que Ernesto iba a ser cesado al haber perdido 2 concejales, pasando de 7 a 5, que en Donostia es mucho perder. La fórmula elegida es la de un traslado a Madrid con falsa apariencia de ascenso en su carrera política, al ser nombrado Alto Comisionado para la Pobreza Infantil, cargo que no parece muy idóneo para alguien de tan orondo aspecto, y donde parece que tocará poco poder.

Dos grupos municipales españoles en Donostia han perdido a sus máximos líderes. ¿Acabarán sus concejales corriendo como pollos sin cabeza? Es lo que dice Mendilibar que hicieron sus muchachos en el último partido.

También huyen hacia delante los súbditos de su graciosa majestad, que, por cierto, cada vez es más cómica, pero resulta menos graciosa. Con el fin de mes, y salvo sorpresa mayúscula, se consumará el Brexit, y nuevamente Europa quedará separada y aislada del centro del mundo, que no es otro que la Pérfida Albión. Que la suerte sea generosa con todos nosotros, que falta nos va a hacer.

Así que el panorama está de huidas hacia delante. En Donostia ya solo falta que lo haga, también, William José, y tiene unas ganas locas. ¡Buen viaje!