Jon ORMAZABAL
Pelota

Olaizola y Urrutikoetxea se agarran al campeonato

Una estoica defensa permitió a los campeones de 2016 superar un trance que llegó a ser crítico en el 0-6.

OLAIZOLA-URRUTIKOETXEA 22

ALTUNA III-LADIS GALARZA 21


La primera jornada con partidos entre pareja de empresas diferentes de la segunda vuelta ha resultado estupenda para los intereses de Olaizola II-Urrutikoetxea, al que los dos agónicos triunfos de las combinaciones de Baiko, la suya en Tolosa y la de Artola-Imaz ayer en el Labrit, ambas por la mínima en finales de infarto, han permitido alcanzar en la clasificación a Irribarria-Rezusta, contra los que les espera una auténtica final dentro de dos semanas.

El estado de la derecha de Mikel Urrutikoetxea, que dio la impresión de terminar bastante gastada en otro partido de exigencia máxima y deben jugar el viernes ante Jaka-Zabaleta, es ahora la mayor preocupación de una combinación que se las ingenió para superar una situación crítica y que se antoja muy incómoda para cualquiera ante ese novedoso play off de nueva invención.

Y es que, como se pudo comprobar ayer en el Beotibar, los campeones de 2016 conforman una pareja que nadie querrá tener enfrente a un solo partido, donde su experiencia, su oficio y su defensa, antológica por momentos –sobre todo en las pelotas que Urrutikoetxea logró sacar de pared izquierda en los momentos más calientes–, los hacen especialmente peligrosos para cualquiera que no logre sacárselos de encima.

Que se lo pregunten si no a un Jokin Altuna que se las prometía muy felices en un arranque de partido espectacular, pero que terminó ahogado en esa presión que, al estilo del Milan de Arrigo Sacchi de finales de los 80, les imprimieron los veteranos con Urrutikoetxea devolviéndolo todo desde el cinco.

Terminado el partido, el propio amezketarra reconoció que no estuvo fino tácticamente al intentar pasarles por encima a base de fuerza y terminó agotado en un duelo que los de Baiko supieron embarrar.

El sotamano de Aimar

Un sotamano –lo empleó más– de Aimar le permitió poner su pelota en juego (6-1) y cambió la decoración del partido, cuando parecía que el de Amezketa y el de Baraibar tendrían una autopista hacia el cartón 22.

Nada más lejos de la realidad, el duelo se embrolló en pocos cuadros, algo que en nada benefició a los azules, que se perdieron entre estorbadas, alguna vuelta no concedida o un resbalón de Ladis Galarza. Olaizola y Urrutikoetxea sabían que debían ganar por lo civil o lo criminal –desde la Sakana un ex juez nos alertó de la fea costumbre de mojar la pelota con sudor antes del saque– y se agarraron al partido para sacar un punto que se decidió en un saque corto del de Goizueta que Altuna no pudo restar.