Belén Martínez
Analista social
AZKEN PUNTUA

Escombros y verdades incómodas

Ante un infortunio, accidente o desastre, sea este natural, histórico o laboral, quienes nos gobiernan tienen la obligación de estar a la altura de las circunstancias. Dos trabajadores yacen bajo los escombros de un vertedero y nuestro lehendakari ni siquiera se ha acercado al lugar de los hechos. Tampoco ha ido el consejero de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda, mostrando la condición indigente de las élites que dirigen el país. Como diría Leibniz: ¿Por qué hay nada en lugar de algo?

En lo relativo a las autorizaciones, control y seguimiento de la actividad del vertedero de Zaldibar y de la empresa Verter Recicling 2002, SL, la gestión del Gobierno Vasco ha sido negligente. El informe de inspección ambiental de 2019 no deja lugar a dudas. Toda esa perorata a favor de la transparencia y open data Euskadi, ¿de qué sirve, cuando no está al servicio de la verdad, aunque esta sea incómoda?

En Fausto, de Goethe, unos ángeles claman: «Nos queda un residuo terreno, y cargamos con él con pena, y como si fuera de asbesto dentro de él no hay pureza». Nos queda la indignación. Porque, para la humanidad, no hay días inhábiles. Un líder deshoja margaritas: «me quiere», «no me quiere» Euskadi, ¿bien común? Que os alcance el bumerán de la Justicia poética.