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AZKEN PUNTUA

En su puesto


Que dice el prefecto de París que los pacientes en reanimación son aquellos que no han respetado el confinamiento. Algo insultante a sabiendas de que el gobierno al que representa es en parte responsable de que el virus campara a sus anchas gracias a que el mismísimo Macron animó a la ciudadanía a salir de sus casas con un miren y vean, que aquí estoy yo en el teatro con mi mujer, y que fue el mismísimo presidente quien decidió contra toda lógica que la primera vuelta de las municipales se celebrara en plena crisis sanitaria, con la hostelería ya cerrada y con el confinamiento, que llegó dos días después, en la agenda presidencial. Que dice el prefecto de París que si uno se contagia es porque es un temerario, como esos que llenan las necrológicas de los periódicos alsacianos en los que antes maquetaban las esquelas a tres páginas y ahora no les llega con catorce. Y mientras al prefecto le da por ponerse la máscara de payaso, se escuchan llamamientos a la solidaridad, como en el hospital de Baiona donde, como todo escasea, han lanzado una campaña de donaciones para conseguir geles hidroalcohólicos, termómetros, toallitas desinfectantes, batas, material informático de todo tipo y, por supuesto, mascarillas. Poco falta para que nos llamen a donar para cubrir las prestaciones de desempleo. Menos la del prefecto, que este seguirá en su puesto, al pie del estado del bienestar.