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CRISIS DEL CORONAVIRUS

Ponen nuevos límites a los test de la UPV-EHU

Diez días después desde que se anunciara que un grupo de investigadores de la UPV-EHU había desarrollado un método propio para realizar test masivos y seis después de que el Instituto Carlos III los validase, una reunión entre representantes de Osakidetza y de los investigadores rebajó expectativas y certificó que Lakua «explora mercados».


A través de una reunión con representantes de la investigación, el Departamento de Salud de Lakua y Osakidetza dieron por fin acuse de recibo a los test del coronavirus diseñados por un grupo de investigadores de la UPV-EHU. Era una reunión esperada. Desde que se conociese la noticia había pasado diez días, en los que sus promotores estimaban que se podrían haber fabricado hasta 100.000 unidades del test tipo PCR. Y seis días desde que el Gobierno español los validó a través del Instituto Carlos III.

Sin embargo, lo que trascendió de la cita no aclaró las razones por las que no se implementa el plan de los investigadores vascos. No se explicó por qué no hay plazos ni prisa aparente. En general, se rebajaron las expectativas. En una nota conjunta entre el Departamento de Salud, Osakidetza y la propia UPV-EHU, se marcaron así los límites de esta iniciativa.

Pruebas pendientes y número

Por un lado, se advirtió de que «falta realizar más comprobaciones para su utilidad en personas infectadas», por lo que se «seguirá trabajando estrechamente durante los próximos días». Por otro, se indicó que «la capacidad de realización de test de la UPV-EHU se estima entre 500 y 1.000 al día», lo que evidencia que no se utilizarían otros laboratorios con los que la capacidad de producción alcanzaría esos 10.000 test diarios.

El laboratorio universitario está dentro del Plan de Contingencia desarrollado por Osakidetza para hacer frente a la pandemia, junto con otros recursos de la Red Vasca de Ciencia, Tecnología e Innovación. También están los institutos de investigación sanitaria Biocruces Bizkaia, Biodonostia y Bioaraba. Tal y como anunció la consejera de Sanidad de Lakua, Nekane Murga, estos centros trabajan en el desarrollo de los conocidos como «coronatest», en colaboración con una empresa privada.

La nota sobre el encuentro explica que las reuniones técnicas celebradas a lo largo de los últimos días han servido para analizar el proyecto liderado por el investigador Ugo Mayor, presente en la reunión de ayer.

Prestigio, eficacia y silencio

Ambas partes coincidieron en señalar que la obtención de la capacitación por parte del Instituto Carlos III supone una «buena noticia» para el ámbito investigador vasco porque le otorga «rigor y reconocimiento». Un prestigio que nadie ponía en duda y que se acrecentaría notablemente si el plan que expusieron los científicos hace diez días se pudiese llevar a cabo gracias a la gestión de la Administración pública.

El Departamento de Salud y la UPV-EHU destacaron que la capacitación obtenida reconoce «la buena técnica utilizada por el conjunto del personal investigador». Sin embargo, precisaron que para emplear estas pruebas en pacientes es necesario hacer una validación clínica adicional.

En la nota no explicaron en qué consiste dicha validación, qué plazos tiene, ni siquiera en manos de quien está, dado que desde Madrid ya se han dado los certificados necesarios. Alguno de los firmantes debería explicar estos puntos.

En este sentido, Mayor ha señalado públicamente que ellos y ellas no pueden hablar sobre el tema. Mejor dicho, que lo tienen prohibido. Ayer lo volvió a repetir en su cuenta de Twitter. Alguien debería explicar en qué consisten y se basan estas órdenes o compromisos de silencio: quién las da, bajo qué condiciones se aceptan, qué suponen, a qué valores responden…

«Explorando mercados»

La transparencia no parece uno de esos valores. Si hasta ayer Lakua hizo como si la vía abierta por los investigadores de la UPV-EHU no fuese apenas más que una buena idea, ayer rebajó su relevancia y viabilidad. Tal y como se ha mencionado, Lakua siempre ha priorizado la creación o compra de «coronatest», pruebas que están en fase menos desarrollada que esta de la UPV-EHU y que, por el momento, tampoco tendrían la necesaria validación estatal.

Cabe recordar que la OMS ha puesto en duda la capacidad de dichos test de anticuerpos para captar la inmunidad.

Además de la consejera Murga, la jefa de la Unidad de Laboratorio y Análisis Clínicos de la OSI de Araba, Arantxa Mendizabal, dijo en Radio Vitoria que Osakidetza está esperando «nuevos test» de anticuerpos, que espera recibir en unos diez días desde el extranjero, una circunstancia de la que no se había dado cuenta oficialmente.

A este respecto, preguntado por NAIZ en la rueda de prensa de ayer en Lakua, el director de Planificación Sanitaria, Mikel Sánchez, indicó que solo «se están explorando diferentes mercados, de cara a poder tener siempre la mejor opción en nuestro arsenal».

No quedó claro si la partida de que hablaba Mendizabal obedece a una decisión de compra ya adoptada o si esos test llegarán solo a modo de prueba: «Lo comentaremos cuando tengamos algo», acotó Sánchez.

Polémica soterrada, no cerrada

Nadie se termina de explicar qué está pasando. En medios y redes sociales, parte del mundo académico vasco ha estado lanzando preguntas que quedaban en el aire.

Los ejemplos son varios. Por un lado, la falta de explicaciones creíbles parece haber agotado la paciencia del exrector de la UPV-EHU Pello Salaburu. Por otro, el investigador en Stanford Eneko Axpe, muy activo en la difusión de análisis y propuestas para frenar la pandemia, se solidarizaba con el equipo de investigadores y resumía así la cuestión: «1.- UPV-EHU y centros vascos con Osakidetza desarrollan un protocolo para testear sin kits comerciales. 2.- Carlos III lo valida. 3.- Falta que Osakidetza establezca los protocolos para implementar su uso sanitario y decida si hace falta realizar más test a día de hoy». Hechos y preguntas, faltan las respuestas.