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SICOLOGÍA PARA UNA CRISIS

Los mayores o personas que son mayores


Hola. En la televisión y las redes sociales ahora no se habla de otra cosa que de los niños, de que si van a salir a la calle.  No estoy en contra, por supuesto. Pero nos estamos olvidando de alguien muy importante, de nuestros mayores.  Serán los últimos en salir y, lo veo en mis padres, el confinamiento está siendo muy duro para ellos, para su salud y para su «coco». ¿No crees que en la última etapa de su vida les estamos quitando el derecho a decidir cómo vivir? No digo que salgan sin más, pero ¿es que no les creemos capaces de tener cuidado para no contagiarse si salen un rato a pasear? 

(Peio, desde Pasaia).

Como en tantos otros aspectos de la vida, seguimos como sociedad pensando que los efectos sicológicos de lo que hacemos son productos de segunda, que la manera en la que nos afecta emocionalmente la vida simplemente hay que aguantarla y hacer lo que se pueda.

Sin embargo, todas, absolutamente todas las acciones y medidas que tomamos para avanzar en nuestro entorno tienen un efecto en nuestra psique, y nuestra psique es la que nos permite adaptarnos al entorno, entenderlo, asumirlo, predecirlo y planificar nuestro siguiente paso. Sería una discusión muy larga para estas líneas, pero el efecto sicológico de todo lo que estamos viviendo es evidente y se quedará un rato después de que esto pase. En cualquier persona, el confinamiento tiene consecuencias, entre ellas la confusión o la disminución de algunas capacidades habituales como el uso de los reflejos, la memoria o la creatividad. Sabemos que para algunas personas también la dificultad para concentrarse o proyectarse.

El limbo en el que todos estamos inmersos, tiene efectos diferentes en personas distintas, y no todas las personas mayores lo viven igual.

Es cierto que para algunas personas esta confusión aumentará la desorientación tras muchos días sin estímulos exteriores, encuentros o paseos, como es lógico; y su autonomía se verá mermada por la falta de movimiento, o en el caso de las demencias, este parón puede tener consecuencias. Podríamos hablar del prejuicio que planteas, pero en líneas generales, cambiar el paternalismo sordo por la inclusión y la escucha estaría bien y sería justo… Más allá de este momento.