Se populariza un video de un escalador en acción en un gran bloque de roca, lo que llamamos práctica de Boulder, y de repente se da una hostia más que respetable hasta el suelo. Dos segundos de imagen, rotulada “Comienza la desescalada”. En esas andamos la comunidad de montaña, esperando el pistoletazo de salida que nos permita lanzarnos como lobos hacia el monte y la roca, con una más que previsible congestión en determinados lugares a pesar de las limitaciones. En Götegorg, Suecia, sin restricciones a la escalada, pero sí con reglas de distanciamiento, han tenido que cerrar temporalmente un sector por la frecuentación excesiva, mayor de lo habitual. Me parece que también nosotros, a partir de este sábado vamos a ver, temporalmente, más montañeros que nunca en nuestro entorno. En Francia algunos “adelantados a su tiempo” se las han visto con la ley. El 18 de abril, en la zona de Verdón, lugar mítico de escalada integrada en la red Natura 2000, los gendarmes detienen a cuatro personas abriendo nuevas vías, con cuerdas fijas, taladros y demás. Son detenidos y denunciados por falta de confinamiento, apertura en una zona sin permiso del propietario, atentado a especies protegidas, abriendo en cercanía de nidos de halcón peregrino, buitre leonado y buitre negro en plena nidificación, además de uso de vehículos en pistas forestales prohibidas a la circulación; vamos, un completo. No sé si nuestro comportamiento de seguridad estará a la altura.