GARA Euskal Herriko egunkaria
AZKEN PUNTUA

Nuestro progreso


No hay progreso que merezca tal nombre si no sirve para conducir nuestras conductas y relaciones por caminos de respeto y dignidad, y los tiempos que corren no parecen confirmar que el mentado progreso nos haya transformado en personas más íntegras, más felices.

Vivimos atrapados en el miedo, en un miedo que nos embosca de frente, descarnado y abierto, como se disfraza de cautela o se calza el respeto como excusa o la sensatez como pretexto. Y resignamos la voz y la palabra para que otros hablen por nosotros. Por eso cada día son más extremas las medidas de seguridad con las que nos aislamos; por ello la calle ha dejado de ser un lugar de encuentro para convertirse en un inevitable riesgo que hay que afrontar de la mejor manera; por ello multiplicamos verjas y candados.

Vivimos cautivos de nuestras supuestas libertades, presos de nuestras carencias, y esclavos de nuestros bienes, cada vez más solos y atrapados en el triste dispendio de una vida que nos ha ido dejando sin alas y sin sueños. Corriendo siempre para llegar antes que el otro a ninguna parte. Sin tiempo ni espacios para vernos. De tanto aparentar lo que no somos ya ni siquiera somos lo que aparentamos. Gracias al progreso en que vivimos podemos matarnos antes y agonizar más tiempo. Algún día, las ratas que nos sobrevivan, heredarán nuestro progreso.

(Preso politikoak aske)