JUL. 19 2020 JO PUNTUA Odgullo y satidfación Fede de los Ríos Quieren desvincular al padre del hijo porque, gracias a la justicia y prensa extranjeras, la justicia y prensa españolas se han enterado de posibles corrupciones del Borbón emérito y eso, para la institución, es un demérito. Difícil desvinculación, a fe mía, porque la corona del hijo es la del padre. Así funciona, queridos, el asunto de las monarquías en general y de la española en particular. Veamos: Juan Carlos puso la semillita azul en la barriguita de su prima Sofía y aproximadamente nueve meses después vino a este mundo un príncipe que, a la muerte o abdicación del anterior, sería coronado. Las dos primeras semillitas no dieron el fruto adecuado para la dinastía, pues las dos primeras crías de Borbón carecían de pene. Y ya se sabe lo fundamental que en asuntos cortesanos resulta el tener badajo. Nada arredró al nieto de Alfonso XIII, maestro en el asunto de repartir semillitas a diestro y siniestro. La cúspide del ordenamiento jurídico español se encuentra al albur de los vaivenes de un espermatozoide. Lefa constituyente podría denominarse. Si Felipe VI es rey, es única y exclusivamente por ser hijo de Juan Carlos I, así lo dicta el artículo 57 de la Constitución española: «La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S. M. Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica». ¿Cómo pretenden desvincular a Felipe de su padre? A los reyes no se les vota, son cargos vitalicios y hereditarios. ¿Quién escogió a los primeros? Dios, no queda otra. En el caso que nos ocupa y al haber interferido en el orden natural de las cosas una República masónica y atea, lo designó Francisco Franco que, al fin y a la postre, era Caudillo de España por la Gracia de Dios, así lo recordaban las monedas. Cristina ignoraba los negocios de Iñaki, Sofía desconocía lo de Corina, Elena no se aclaraba con Jaime y Felipe dice no saber nada de la fortuna de su padre. Son los últimos en enterarse de la corrupción que les rodea. No parecen ser muy listos. Es la familia que ocupa la Jefatura del Estado. Nada arredró al nieto de Alfonso XIII, maestro en el asunto de repartir semillitas a diestro y siniestro. La cúspide del ordenamiento jurídico español se encuentra al albur de los vaivenes deun espermatozoide