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QUINCENA MUSICAL

KLEM en San Telmo, una hora en otro universo


La Iglesia de San Telmo, con su acogedora penumbra, los dramáticos frescos de Sert y su acústica eterna –doce segundos de reverberación–, es en sí misma un espacio singular en el que el tiempo parece discurrir con otra cadencia. Partiendo de esta singularidad, el Laboratorio KLEM diseñó una propuesta pensada específicamente para este lugar, basándose en su historia y resignificándola a través del sonido. Para ello montaron un complejo sistema de altavoces, diez de ellos en el perímetro de la sala y otros tantos balanceándose sobre las cabezas del público, a la manera de botafumeiros en una versión sónica creada por Mikel Arce. Y así, en una ceremonia oficiada por el encargado de la electrónica, situado en la zona del altar, los sonidos en vivo del saxofón, el violín y la percusión se apoderaron de la iglesia, transformándola en un portal a un extraño universo sonoro.

Fue una gran improvisación de 50 minutos, en la que los cuatro músicos exploraron los límites de sus instrumentos en una progresión articulada en torno a tres grandes clímax y siempre bien amalgamada por el uso brillante de la electrónica, en la que se colaban los sonidos de la piedra y de las campanas. Generaron así una experiencia difícil de olvidar por su fuerza inminente y poder de sugestión.