SEP. 07 2020 MODA SOSTENIBLE Y ARTE URBANO PARA HACER AFLORAR LA ESENCIA PERSONAL Tres jóvenes estudiantes de Leinn han creado Corion, una marca de ropa urbana que aúna la preocupación medioambiental con el apoyo a artistas locales. Empezaron su desarrollo en 2019 y esta misma semana pondrán a la venta sus primeras propuestas. Maitane ALDANONDO Vestir como uno quiera, mostrando su personalidad, sin importar el qué dirán. Esa es la invitación de los algortarras Iñigo García e Ignacio Infante y el gasteiztarra Alex Michajlowski, creadores de Corion, una marca de ropa urbana que une arte y sostenibilidad. Tienen 22 años y se conocieron en el grado de Liderazgo Emprendedor e Innovación (Leinn) de Mondragon Unibertsitatea, donde formaron equipo y surgió esta idea en 2019. Tras meses de trabajo, hoy lanzan al mercado sus primeras prendas. La iniciativa parte de la motivación de García por adentrarse en el campo textil y afrontar el reto de hacerse un hueco en «un mercado tan explotado». Empezaron a darle forma, y al poco llegó el viaje de estudios a China e India en el que conocieron de cerca la industria textil. «Nos abrió la mente. Aprendimos cosas técnicas, patronaje, a elaborar y testar una colección, cómo funciona el mundo en cuanto a tendencias... Nos ayudó a centrar la idea y nos dio una visión general de la que sacamos el concepto que tenemos ahora», explica el responsable. También inspiró el nombre de la marca, que hace referencia a la membrana exterior que envuelven el embrión de los mamíferos. Es una invitación a que «la gente rompa un poco esa capa y saque su esencia, lo que lleva dentro, sin que le importen los demás. La ropa y el arte son formas de expresión». Precisamente el arte es una parte importante de su propuesta, como evidencia su eslogan Art Happens –El arte pasa–. Apoyarán el arte «en todas sus formas», colaborando con artistas locales en los diseños de sus prendas y dándoles difusión a través de su web corporativa.«No vendemos camisetas, vendemos obras de arte», matiza García. SEGMENTO PREMIUM Es ropa unisex sostenible de algodón 100% orgánico certificado. La producen en Barcelona, mientras que el diseño, la serigrafía y los bordados se realizan en Bilbo. Sus primeras prendas son tres camisetas negras cada una con un concepto distinto: Basic, que juega con el logo de la marca; Art, con una ilustración más trabajada; y V+J Collaboration. Las dos primeras tienen un diseño propio, creado por el equipo, mientras que la tercera es una colaboración con el artista madrileño Juan Delcán, una ilustración con cerillas personificadas que encierra un mensaje reivindicativo sobre la igualdad. El precio de las dos primeras es de 25€ y 30€, y el de la colaboración, 40€, al ser más limitada. Quieren posicionar Corion en un segmento premium y llegar a un perfil que definen como «bohemio-burgués. Personas que trabajan en torno al mundo del arte, preocupadas por la moda y la sostenibilidad». Comercializarán a través de su tienda online así como de otros canales digitales y físicos con los que están cerrando acuerdos. Hoy lanzan tanto su web como una campaña de pre-venta, y en pocos días llegarán a otras tiendas. Su objetivo es agotar el stock de 240 camisetas en los primeros días, para generar marca y tener presencia en la calle. Los primeros pasos los han dado dentro de la asociación junior empresa que crearon en el grado, pero su intención a corto plazo es constituir una sociedad limitada. Por su parte, la financiación para llevar a cabo su idea como ellos querían la han obtenido a través de sendos premios en los concursos Bilbao Gazte Balioak Martxan y Wanted; así como con una segunda línea de negocio: crear colecciones para terceros. Fue «bastante bien», pero la han apartado momentáneamente, porque les quita mucho tiempo. La pandemia frenó el proyecto, pero les ha servido para consolidar el concepto, aclarar la propuesta y definir su valor añadido. A pesar de la incertidumbre, son conscientes de lo aprendido con su apuesta. «Hemos conocido gente que nos ha ayudado, hemos creado una marca de ropa sin tener ni idea... Nos hemos dado cuenta de que no hace falta saber de nada en concreto, sino saber lo que quieres, con qué recursos cuentas y qué necesitas para desarrollarlo», concluye García.