Raimundo Fitero
DE REOJO

El oráculo

Van a escuchar a los dioses o simplemente para confirmar sus expectativas en sus organizaciones. Las encuestas en tiempo de ansiedad electoral para unos y de relajo institucional para otros, son una mueca. El oráculo a veces se equivoca y lo hace aposta. Los dioses deben estar bastante estresados con tanta incidencia de tergiversación de sus mensajes más nítidos. Pero hay que mantener en marcha la rueda de la fascinación por los horrores vacuos frente al mínimo de racionalidad. Comulgamos con ruedas de tractor como si fueran hostias consagradas. Vean el supuesto nuevo gobierno de Urkullu y pidan hora en el urólogo.

Un presupuesto es menos que dos presupuestos y más que la prórroga de un presupuesto que viene de la risa meliflua de aquel ministro Montoro que tanto nos gustaba ver y oír, lo mismo de día como de noche. Los vaivenes del presupuesto, los pactos, componendas y sobreactuaciones no tienen comparación antropológica en ninguna actividad previa a la consagración de la primavera en el mundo de los simios. Ni siquiera en los anfibios. Por ello los titulares de las portadas de los periódicos se escriben desde el confinamiento en las miserias del servilismo y la trinchera adaptable a los que lanzan los cacahuetes a los monos en este zoológico posverdad.

Las paredes proclaman con honores de noticia: se han puesto de moda las carreras sanitarias debido a esta situación pandémica. Estupefacción ante un rumor interesado que se cocina con fogones de inquina. Cosas veredes: Silvio Berlusconi está afectado de coronavirus y está en estado de dificultad severa. En Le Tour hemos visto imágenes que pensábamos se impedirían, con decenas y cientos de espectadores echándose encima de los ciclistas sin protección. Por último: Messi se queda.