El frenazo de AstraZeneca pincha la expectativa de una vacuna este año
La decisión de AstraZeneca de paralizar temporalmente los ensayos clínicos de la vacuna para el covid-19 constata la dificultad, advertida por los expertos, de acelerar los plazos y ponerle fecha a una tarea que habitualmente exige años de dedicación. Uno de los voluntarios ha desarrollado una enfermedad y se está analizando si existe relación.
Durante las últimas semanas se ha especulado con la posibilidad de que una vacuna contra el covid-19 podría estar lista en un breve espacio de tiempo, hasta el punto de que hace apenas unos días el ministro de Sanidad español, Salvador Illa, anunció que podrían tener tres millones de dosis en diciembre. Por contra, los expertos han advertido de la dificultad de que esto pueda ocurrir, por la complejidad del proceso de desarrollo de una vacuna. Y el anuncio por parte de la farmacéutica AstraZeneca de que va a interrumpir temporalmente los ensayos parece darles la razón.
La multinacional, a cuyo proyecto vacuna aludía Illa al hacer su anuncio para diciembre, informó ayer de la suspensión porque uno de los participantes en los ensayos sufre «una enfermedad potencialmente inexplicable». «Esta es una acción de rutina que sucede siempre que hay una enfermedad potencialmente inexplicable en uno de los ensayos mientras se investiga, asegurándonos de que se mantiene la integridad de los estudios», indicó un portavoz de la firma a la cadena CNBC y al medio especializado Stat.
Analizar si hay causa directa
El voluntario cuyo estado ha causado este parón es un residente en Gran Bretaña que ha sufrido una mielitis transversa, según informó “The New York Times”. Se trata un síndrome inflamatorio que afecta a la médula espinal y que suele ser provocado por infecciones virales o una respuesta inmunológica.
El diario estadounidense explica que de momento no está claro si el paciente ha desarrollado la enfermedad a consecuencia de los efectos de la vacuna, desarrollada de forma conjunta con la Universidad de Oxford, pero ante la duda se ha optado por hacer una revisión.
En este momento, la eficacia de la vacuna, una de las que se halla en un estado más avanzado según la OMS, se está experimentando en Estados Unidos, Brasil y Sudáfrica después de que el ensayo hubiera dado resultados positivos en sus fases iniciales, cuando se probó con mil personas en Gran Bretaña.
Es, junto a Pfizer y Moderna, una de las tres compañías que tienen estudios en fase 3 en EEUU, y además, los Gobiernos de Argentina y México, así como la fundación mexicana Slim, llegaron en agosto a un acuerdo con la firma británico-sueca y con la Universidad de Oxford para fabricar la vacuna en sus países y, luego, distribuirla a todos los países de Latinoamérica, con excepción de Brasil.
La UE tiene también con AstraZeneca el contrato más avanzado de compra anticipada de los que ha negociado con diferentes laboratorios, que le garantiza acceso a al menos 300 millones de dosis y abre la puerta a la adquisición de 100 millones adicionales. Ayer, el vicepresidente de la Comisión, Maros Sefcovic, subrayó que el Ejecutivo comunitario está al tanto de la situación. «La Comisión Europea nunca comprometería la seguridad o el tiempo necesario para asegurarla en los ensayos clínicos. Que sea segura es un requisito fundamental en cualquier vacuna que llegue a los mercados europeos», expuso, añadiendo que Bruselas está intentando cerrar acuerdos para disponer de una cartera de candidatas «amplia y diversa».
La OMS insiste en un plazo de dos años
La jefa de científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan, advirtió ayer de que no espera que las posibles vacunas contra el covid estén disponibles para la población general antes de dos años, aunque los primeros grupos de riesgo podrían ser inmunizados a mediados de 2021. «Muchos piensan que a principios del próximo año llegará una panacea que lo resuelva todo, pero no va a ser así: hay un largo proceso de evaluación, licencias, fabricación y distribución», subrayó en un coloquio a través de las redes sociales.
Swaminathan insistió en que desde la OMS se maneja como escenario más optimista la primera llegada de vacunas a diversos países a mediados del próximo año, momento en el que se deberá dar prioridad a los grupos de mayor riesgo, ya que entonces aún no se habrán podido producir dosis para toda la sociedad. Recordó que «es la primera vez en la historia que necesitamos miles de millones de dosis de una vacuna».GARA