El matón

Esperando las malas noticias sobre lo que se aprecia a simple mirada de estadística, los confinamientos quirúrgicos, selectivos, demagógicos o totales están llamando a los noticiarios, por lo que encontrar a ese matón de Trump firmando acuerdos de paz de uno en uno entre el corrupto y sospechoso de todos los desvaríos militares que rozan el crimen de Netanyahu en nombre del Estado de Israel, con Emiratos Árabes y Bahréin, es una manera de entender que la geopolítica en manos de patosos de esta categoría es una forma de espectáculo de variedades asfixiantes sin otra perspectiva que la campaña electoral envenenada que lleva a Trump a ir a remolque de Joe Biden.

Lo que más anima a este estado de convulsión e incertidumbre es que el hombre del cerebro naranja es capaz de seguir mintiendo y desafiando a científicos, sanitarios y recomendaciones con el coronavirus, asegurando que habrá vacuna en breve, cuando la «Big Farma», las grandes farmacéuticas ya han advertido de que no se dejarán presionar y que cumplirán con todos los requisitos científicos para poner con la seguridad requerida al alcance de la ciudadanía las vacunas que están probando.

Pero si algo deja totalmente descolocado es que el propio Trump asegura que sus generales son unos «gallinas» y que el mayor ejército del mundo (o eso dicen) del que es su comandante en jefe, está más preocupado en servir a la industria armamentística que en cumplir sus objetivos. Lo dice, tan tranquilo, amenaza a medio mundo y suelta a renglón seguido que va a abandonar algunos de los frentes donde tiene desplazados a sus cobardes subordinados. Es un matón que se muestra como un antisistema de manual dictatorial y que nos electrifica el pensamiento al comprobar que con estas bravuconadas remonta en las encuestas.