Gel

Estoy atrapado en un círculo vicioso y hay determinados personajes que me provocan muchas ganas de morder el cogote a mi perro por lo que debo pedir excusas, ya tengo cita con mi terapeuta para solucionarlo. Pero no me dirán que no es una declaración de principios que un expresidente de la Comunidad de Madrid con el PP, ahora consejero de Transportes y un vicepresidente, ambos de C’s, convoquen a la prensa (y esta vaya) para decir que han colocado expendedores de gel en 51 estaciones del metro de Madrid, cuando toda la red tiene más de 350. Esto sucedió el martes 22 de setiembre de este 2020. No hay muchas palabras para explicar este acto tan gratuito.

Este es el nivel político y de comunicación de los que sustentan a Ayuso en la Presidencia, por lo que no cuesta mucho darse cuenta de que Aguado es bastante más nefasto que su presidenta, que su capacidad de estar a la altura de las circunstancias es bastante limitada y que no hay solución posible con estos individuos tan cortos de miras, con asesores tan inútiles, como quienes les prepararon lo del gel hidroalcohólico como manera de salir en la televisión haciendo ver que hacen algo más que el ridículo más absoluto. Un detalle, ninguna estación estaba en la zona con restricciones. Eso sí, piden con ahínco Ejército y policías en las calles. Lo de médicos y rastreadores no debe servir.

Los geles hidroalcohólicos se ven en todos los establecimientos, comercios, lugares públicos y privados y hay una mayoría de conciudadanos que llevan el suyo propio, por si acaso. Quizás se deba empezar a cuestionar su eficacia o si tiene contraindicaciones, porque los hay muy perfumados, otros muy líquidos, los demás muy gelatinosos, que al usarlos nos libera de culpa, pero a la vez nos da una confianza no certificada.