NOV. 12 2020 JOPUNTUA Enardecida Itziar Ziga Escritora y feminista Entre los árboles de California nuestras preciosas hayas parecerían bonsáis. Mare meva. Yo me sentí tan liliputiense como inmensa en medio de aquella floresta. Y descubrí que, aunque casi no se te entienda lo que dices porque my english is... de aquella manera, la people conecta en lo más profundo con quien tú eres. Cortando marihuana, disfrutando de la maravillosa y disparatada otredad, me pilló la victoria de Donald Trump. Edward era un dark cowboy hijo de vasco, entonaba un irrintzi cada vez que me veía. Hablaba castellano tan mal como yo inglés, pero nunca olvidaré su valoración del terrible resultado de aquellas elecciones: es triste que no pueda ganar una mujer, da miedo el racismo y el muro que se van a elevar todavía más en este país, pero lo infame es que un multimillonario, llegue a ser presidente. Precisamente por culpa de la supremacía global gringa, Trump desató a los fascistas de cada casa: bien que lo sabemos. Cuando el sábado por la tarde Pensilvania confirmaba su derrota, salí al balcón a respirar hondo. El cielo se tornó dorado y empezó a llover: júrolo. Sí, ya sé que Joe Biden no es Alexandria Ocasio-Cortez, tampoco Kamala Harris lo es. Pero ver a esta hija de india y jamaicano, sonriente, vestida con un traje chaqueta blanco en honor a las sufragistas, proclamando ya como vicepresidenta electa, «generaciones de mujeres negras, asiáticas, blancas, latinas y nativas estadounidenses de la historia han abierto el camino para este momento», me enardeció hasta el tuétano. No llevamos décadas, siglos, milenios, peleando contra las injusticias en vano. Gente de todos los colores en las inmensas movilizaciones del «Black Lives Matter», gente de todos los sexos en las multitudinarias protestas contra la prohibición total del aborto en Varsovia, es decir, gente blanca contra el racismo y hombres contra el patriarcado, ¡al fin! Y la maravilla que nos viene: chavales y chavalas de un instituto mallorquín con faldas para reventar los roles de género, en apoyo a un estudiante acosado en Bilbao por llevarlas. Esto se anima. No llevamos décadas, siglos, milenios, peleando contra las injusticias en vano. Gente blanca contra el racismo y hombres contra el patriarcado, ¡al fin!