Iker BIZKARGUENAGA
BILBO
CRISIS DEL CORONAVIRUS

Lakua limita movilidad y aforos en un periodo de «alta vulnerabilidad»

Toque de queda a las 00.30 horas en Nochebuena y Nochevieja, horario de cierre a las 18.00 en comercios y hostelería en las fechas más señaladas, y límite de seis personas en las cenas y comidas para despedir el año o dar la bienvenida al nuevo, son algunas de las restricciones acordadas por el LABI, que modifican el decreto de hace dos semanas.

El estancamiento de la mejora registrada durante el mes de noviembre, el empeoramiento detectado en el entorno, y la nueva variante del virus aparecida en Inglaterra, que ya se ha extendido a otros países, han motivado que el Gobierno de Lakua modifique el decreto aprobado el 10 de diciembre y amplíe las restricciones, tanto en horario como en aforo y movilidad, de cara a las festividades navideñas.

«La evolución positiva de la situación epidemiológica en Euskadi debe enfrentar durante las próximas semanas un periodo de alta vulnerabilidad», expuso la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, quien citó, además de las razones mencionadas, «los arraigados hábitos navideños de movilidad y encuentro familiar y social» como motivos para decidir el «ajuste» de las medidas.

De este modo, según se indica en el nuevo decreto, que entrará en vigor esta medianoche, en la noche del 24 de diciembre –Nochebuena– y del 31 de diciembre al 1 de enero –Nochevieja–, la limitación de circulación se establece a las 00.30 horas. El objetivo, según explicó el Ejecutivo, es «acotar todo lo posible el tiempo dedicado a los encuentros de personas y los horarios disponibles para la movilidad».

Asimismo, el levantamiento del confinamiento perimetral en la CAV queda fijado entre hoy, día 23, y el sábado, 26 de diciembre, y se reduce del 31 de diciembre al 1 de enero. Se intensifican así las restricciones en torno al fin de año «para evitar en lo posible la movilidad en torno a esta celebración». En la misma línea, el LABI ha decidido que el 31 de diciembre y el 1 de enero los encuentros familiares para celebrar las comidas y cenas de despedida y entrada de año no podrán superar las seis personas. «Aplicamos un modelo más restrictivo en Nochevieja, para evitar interacciones sociales y familiares de mayor riesgo», señaló la consejera.

Las 18.00, hora de cierre

Con este mismo objetivo, se establece para los días 24, 25, 31 de diciembre y 1, 5 y 6 de enero, el cierre de todo tipo de establecimientos comerciales y de hostelería y restauración a las 18.00 horas., excepto en el caso de farmacias, áreas de servicio y gasolineras, para impedir que se den las aglomeraciones habituales en esas fechas, tanto por compras de última hora como a causa de las citas de cuadrillas y allegados en los bares. Además, los días 25 de diciembre y 1 y 6 de enero se ha acordado que la apertura de los establecimientos comerciales y de hostelería no podrá realizarse antes de las 09.00 horas, al objeto de evitar que «la eventual prolongación de fiestas en casa pueda conectarse a las 06.00 con la apertura de los establecimientos».

El nuevo decreto también prohíbe, entre el 30 de diciembre y el 2 de enero, la admisión de clientes no alojados antes del 28 de diciembre en los campings, y el 31 de diciembre y el 1, 5 y 6 de enero queda vetada la celebración de cotillones o cualquier celebración en hoteles, casas rurales, campings u otro tipo de establecimientos, «tanto en sus espacios comunes, como en habitaciones, bungalows o apartamentos». De esta forma, se pretende prevenir que esas instalaciones se utilicen «para celebraciones que desborden las limitaciones establecidas para el conjunto de la sociedad en sus domicilios particulares».

Sagardui, que hizo un llamamiento a las «autoridades competentes» y entidades sociales y culturales a velar por la «observancia estricta de las limitaciones» para las cabalgatas de Olentzero y Reyes, lamentó que se está detectando una «relajación» en el uso de la mascarilla en los establecimientos hosteleros, así como el consumo de bebidas de pie o en los aledaños de los locales, y recordó que el humo del tabaco es un «agente de transmisión del virus», especialmente cuando hay personas sin la mascarilla y sin respetar la distancia interpersonal.