EDITORIALA
EDITORIALA

Racismo en Europa, las heridas siguen abiertas

La Unión Europea celebró ayer su primera cumbre europea sobre el antirracismo, justo antes del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, que conmemora cada 21 de marzo el día de 1960 en el que la Policía abrió fuego y mató a 69 personas en una manifestación pacífica contra el apartheid en Sudáfrica. Junto con palabras bonitas sobre igualdad, se oyeron testimonios y datos sobre un orden global que da al mundo blanco 50 millones de vacunas y apenas dos docenas de millones al mundo negro, de futbolistas negros de los que los aficionados que se burlaron imitando a monos; o tras casi 20 años de fabricación de la «guerra contra el terrorismo» que señaló a los musulmanes y al Islam como una amenaza civilizatoria para «Occidente», de cómo se crearon las condiciones para una islamofobia generalizada, o de gitanos invitados para hablar de lo pobres, marginados y discriminados que son, mientras que los asuntos importantes los deciden otros y los planes comunitarios antirracismo, una Comisión blanca.

La muerte de George Floyd en EEUU abrió las heridas del racismo para los negros europeos. Mostró la frustración y la desesperación que sienten ante el racismo, estructural y omnipresente en el mundo occidental. Las percepciones de las sociedades europeas sobre lo que significa ser negro no difieren significativamente, están dominadas en gran medida por hechos históricos como la esclavitud y el colonialismo. La trata transatlántica de esclavos ha jugado un papel importante: informa y apuntala, incluso a nivel del subconsciente, las jerarquías en la civilización occidental. 

Es difícil tener una idea clara de cómo el racismo afecta a las personas no blancas en el continente, porque esos datos no se recopilan. No es un problema de los negros, es de todos. La UE debe admitir que es una forma de discriminación antes de poder implementar medidas para abordarlo. Y que la mayor parte de Europa está configurada por una historia de pobreza y subordinación de la raza negra.