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Greenpeace devuelve una tonelada de agua a la macrogranja de Caparroso


Activistas de Greenpeace llevaron ayer mil litros de agua contaminada por nitratos a la macrogranja vacuna de Caparroso para exigir una legislación «más ambiciosa» con motivo de la conmemoración del Día Mundial del Agua.

Con esta protesta, la organización quiso «poner en evidencia las malas prácticas de esta empresa» y exigir «una legislación de nitratos ambiciosa que termine con el grave problema de contaminación del agua que existe en España y ponga freno legislativo a la ganadería industrial, una de las principales causas del problema».

En la pancarta principal de la protesta de Greenpeace se podía leer ‘‘Las macrogranjas envenenan el agua’’ acompañado por los mensajes ‘‘Valle de Odieta contamina’’ y ‘‘Macrogranjas NO’’.

Según señaló la organización, esta acción de protesta surge después de que Greenpeace «fuera testigo, el pasado febrero, del impacto ambiental provocado por reiterados vertidos masivos ilegales de purines de la macrogranja de Caparroso, vertidos que llegan a acuíferos y ríos». Por este motivo, un grupo de activistas extrajo ayer agua de una balsa que se encuentra en plena Zona Especial de Conservación de los Tramos Bajos del río Aragón, uno de los espacios protegidos bajo la Red Natura 2000 –que recoge los espacios ambientales más importantes de Europa– y los devolvió a la balsa impermeabilizada de esta explotación.

Mientras tanto, otro grupo de activistas protestó junto «a las minúsculas casetas donde se encierra, sin apenas movilidad, a centenares de terneras separadas de sus madres para, en el futuro, reemplazarlas en esta fábrica de producción industrial», censuraron.

Según expusieron, «desde 2014, año en que se puso en funcionamiento la macroexplotación de Caparroso», la empresa «acumula nada menos que 19 denuncias de diversos organismos públicos del Gobierno de Navarra, 11 de ellas convertidas ya en procedimientos sancionadores por diversas infracciones a la normativa medioambiental».

«Pese a esto, y después de una sentencia favorable a la empresa por parte del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, el Gobierno de Navarra autorizó, este pasado 12 de marzo, que la empresa duplique la capacidad de sus instalaciones pasando de una autorización para explotar 3.450 vacas (aunque, en realidad, tienen más de 5.000 vacas incumpliendo lo autorizado), a poder explotar 7.200», criticó Greenpeace.

En este sentido, remarcó que, según la Autorización Ambiental Integrada, «se generarían así 148.858 toneladas anuales de estiércoles, lo equivalente a los residuos fecales generados por casi 1,8 millones de personas, el triple de la población de Navarra».

Para Luis Ferreirim, responsable de Agricultura de Greenpeace España, «es indignante e inaceptable que la empresa Valle de Odieta, con sus antecedentes delictivos, vaya a poder duplicar la capacidad de esta explotación y que pretenda construir otra casi cinco veces más grande en Noviercas, Soria». «Las administraciones no lo pueden permitir y las personas lo debemos exigir bien alto», afirmó.

A juicio de Ferreirim, el Estado español «no ha sido capaz de poner coto» al problema de los nitratos, «provocado en gran medida por el crecimiento exponencial de la ganadería industrial en nuestro país».

«Tanto es así que la Comisión Europea abrió en 2018 un expediente sancionador contra España por incumplimiento de la directiva y, en julio de 2020, envió al Gobierno español un dictamen motivado, en el que instaba a extremar las medidas para cumplir con la legislación ambiental. Ante esta situación, el Gobierno español inició la modificación de la legislación ambiental, ahora en período de consulta pública, para la cual Greenpeace pide una mayor ambición con un objetivo de reducir, al menos, un 50% la emisión de nitrógeno para 2030», señaló.