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Crece en Myanmar el riesgo de guerra civil tras el ultimátum de las guerrillas étnicas


La implicación de las guerrillas étnicas birmanas en el movimiento de protesta contra la Junta Militar hace temer una mayor escalda de violencia en Myanmar e incluso una guerra civil total, mientras continúa la represión de las fuerzas de seguridad, que ya han matado a más de 500 civiles.

El Ejército de Arakan, el Ejército de Liberación Nacional Ta'ang y el Ejército de la Alianza Democrática Nacional de Myanmar firmaron un comunicado conjunto ayer en el que advirtieron al Ejército birmano de que si no detiene «los tiroteos violentos y el asesinato de ciudadanos que protestan pacíficamente» defenderán y colaborarán con el movimiento de protesta civil contra la Junta Militar golpista. Los tres grupos amenazan con anular su acuerdo de alto el fuego si sigue la matanza indiscriminada de manifestantes.

Grupos insurgentes de diferentes minorías étnicas, que juntas representan más del 30% de los 54 millones de habitantes del país, han luchado contra el Gobierno birmano durante décadas con la reivindicación de una mayor autonomía.

Aunque muchos de ellos mantienen un acuerdo de alto el fuego, en los últimos días ha habido enfrentamientos. Y desde el fin de semana hasta ayer, el Ejército birmano ha bombardeado la región controlada por la guerrilla karen, la Unión Nacional Karen, cerca de la frontera con Tailandia. Los bombardeos obligaron a unos 2.400 birmanos, incluidos 1.100 menores, a cruzar hacia Tailandia, de donde fueron expulsados por su Ejército. Los desplazados por las bombas se encuentran ocultos sin cobijo, alimentos ni agua suficientes en la jungla birmana cerca de la municipalidad de Lu Thaw.

Expertos señalan que la probabilidad de una guerra civil está aumentando y se incrementarán si las guerrillas étnicas se alinean abiertamente con los manifestantes. Recuerdan que Myanmar no es un país ajeno a la guerra civil ya que estos grupos armados llevan décadas luchando contra el Ejército y alertan de que la escalada podría tener un impacto internacional a través de sus porosas fronteras, lo que produciría una reacción de sus vecinos.

El llamado Gobierno civil, formado por diputados electos, aplaudió la decisión de las guerrillas. Este grupo de parlamentarios que forman el Comité de Representantes de la Asamblea de la Unión había pedido hace dos semanas a las guerrillas «unir fuerzas» contra la Junta.

La advertencia de los grupos guerrilleros se produce cuando la cifra de muertos por la represión de las fuerzas de seguridad asciende a 510, según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos de Birmania (AAPP).