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Pablo Iglesias, contra la «minoría arrogante» que se cree dueña de Madrid


El ya exvicepresidente del Gobierno español Pablo Iglesias presentó ayer formalmente su candidatura a presidente de la Comunidad de Madrid y la lista de Unidas Podemos que encabezará, en un acto acompañado por la cúpula estatal de su formación y en el que ha tenido un papel preponderante la sucesora elegida, Yolanda Díaz.

Visiblemente afónico, Iglesias cerró el acto telemático pidiendo que «la gente de las ciudades del sur y de los barrios humildes no permita que una minoría arrogante vuelva a decidir quién gobierna la Comunidad».

«El PP y Vox hablan con desprecio, insultan, ser permiten no condenar a los neonazis, amenazan con deportaciones, están convencidos que Madrid es su cortijo, que Madrid es ellos, y no es verdad. La clave de su éxito es la desmovilización de la izquierda», advirtió. Y, en ese sentido, recalcó que «es muy importante que las izquierdas» no se «suelten pullitas», para luego prometer que «ni una palabra van a encontrar contra las otras candidaturas que son necesarias» para que la izquierda pueda formar Gobierno.

El candidato señaló que hay «mucha gente que no grita, que no insulta, que no necesita utilizar ninguna bandera para tirársela a nadie, que no ve a la Constitución española como un ladrillo con el que golpear sino un conjunto de derechos sociales que se tiene que cumplir».

Al finalizar afirmó que en campaña «tiene que haber ilusión y ganas» porque «el gran error» es «no entender que lo que más desmoviliza a la gente decente es ver peleas entre políticos».

El acto fue inaugurado por la ministra de Trabajo y ya vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, quien llamó a movilizarse a «ese Madrid que da igual que seas de Quito o de Angola» y pidió plantar cara «frente a la política del odio, de la reacción, con una política del cariño y del cambio. Hay que ir barrio a barrio para decir que necesitamos cambiar».

La diputada gallega criticó el eslogan del PP de «comunismo o libertad»: «Por favor, dejen de frivolizar con la libertad, no es un señuelo de campaña. Ha costado mucho a nuestro pueblo, no juguemos con las palabras».