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DESDE LA GRADA

La Real gana la Copa con justicia


La Real se proclamó ayer campeona de Copa en La Cartuja con toda justicia en una final histórica ante el Athletic con un penalti transformado por Oyarzabal que dio a su club un título 34 años después del último ganado por su equipo masculino en Zaragoza ante el Atlético de Madrid.

Una Real Sociedad repleta de jugadores de jóvenes ganó como un equipo de veteranos la Copa más esperada y más especial por jugarla contra el Athletic y a puerta cerrada sin sus aficionados en las gradas, pero sí en los corazones y en sus cabezas.

La Real supo jugar la final de principio a fin. Intentó imponer su estilo de juego sin asumir riesgos en el primer tiempo, dio un paso adelante en el inicio del segundo, se adelantó con un gol de Mikel Oyarzabal, de quién si no, y supo jugar con ventaja.

El capitán blanquiazul no lo dudó al asumir la responsabilidad tras fallar tres de sus últimos cuatro lanzamientos desde los once metros y después de esperar seis minutos para tirarlo mientras el VAR determinaba si Iñigo Martínez debía ser expulsado. El capitán demostró su personalidad y el carácter que le ha llevado a quedarse en la Real para hacerla campeona.

Y lo hizo en Sevilla, en la cuidad en la que la Real perdió su primera oportunidad de lograr una Liga y en su primera final en 33 años. Y lo hizo en la primera oportunidad que ha tenido la generación liderada por Oyarzabal y Merino, que fueron los protagonistas de la final al marcar el gol el guipuzcoano y al provocarlo y ser el MVP del partido el medio centro navarro.

Los blanquiazules pudieron hacer felices a sus seguidores cuando más lo necesitaban en un partido en el que llevaron en la pechera de sus camisetas el lema de Gurekin, con el número 12 convertido en una R para tener presente a los aficionados que no pudieron desplazarse a Sevilla y que también estuvieron representados en el fondo decorado por la Real.

Imanol presentó el once esperado con Zubimendi como pivote más retrasado tras la lesión de Illarramendi y con Portu en la banda derecha en detrimento de Guevara y Januzaj. La Real fue fiel a su estilo de querer tener el control del balón y del partido, sin asumir riesgos y sin generar ocasiones en un primer tiempo en el que tampoco sufrió en defensa. Solo concedió un disparo de Iñigo Martínez con la derecha que Remiro envió a saque de esquina.

La Real se impuso en el inicio del segundo tiempo y pidió un penalti tras centro de Oyarzabal por una mano de Iñigo Martínez al límite de la línea del área que Estrada Fernández señaló fuera sin que el VAR le corrigieran en una jugada muy dudosa. Sí señaló Estrada Fernández un penalti del central de Ondarroa a Portu transformado por Oyarzabal seis minutos después, en el 63. Primero el árbitro catalán expulsó con roja directa al de Ondarroa, pero a instancias del VAR lo dejó en una amarilla.

La Real supo jugar con ventaja y cortar el juego sin replegarse. Imanol gestionó muy bien la ventaja y su equipo consiguió que el Athletic no creara ninguna oportunidad en el segundo tiempo. Acabó el partido sin encajar un gol con una actuación estelar de Igor Zubeldia en el puesto de central y en el centro del campo de Zubimendi y Merino, que respondieron al juego directo al que tuvo que recurrir el equipo rojiblanco en unos últimos minutos que los realistas supieron manejar muy bien.