Athletic y Barcelona vuelven a verse las caras en la Copa. Es la final más repetida en la historia de la competición y será la octava ocasión en la que se enfrenten los dos equipos que más títulos atesoran. Los culés se han hecho con el triunfo cinco veces y los vascos tan solo en las ediciones de 1932 y en 1984 con el gol de Endika ante el Barça de Maradona. El partido todavía sigue siendo recordado por la batalla campal con la que finalizó y por ser la última Copa conquistada por los bilbainos.

El conjunto catalán es con 30 trofeos el gran dominador del torneo y los rojiblancos, que son segundos en el palmarés, llevan estancados en 24 desde hace casi cuatro décadas. La balanza se inclinó hacia el color blaugrana en los últimos 12 años. Desde entonces, han conseguido seis copas -2009, 2012, 2015, 2016, 2017 y 2018- y en las tres primeras de esas finales se impusieron con contundencia a los rojiblancos.

El Athletic se ha clasificado para disputar nueve finales desde 2009, pero le costó 24 años volver a meterse en la lucha por un título. De la mano de Joaquín Caparrós el conjunto rojiblanco superó en una semifinal inolvidable al Sevilla en San Mamés (3-0) y la hazaña se celebró por todo lo alto por las calles de Bilbo. Fue una noche que sigue guardada en la memoria y en la que Gaizka Toquero se ganó a la afición y el apodo de lehendakari para siempre. El delantero, con el 2 a la espalda, volvió a ser el protagonista en la final de Valencia. El desembarco de los seguidores del Athletic fue espectacular. Tomaron la ciudad y se gastaron todo lo que tenían como si no hubiera un mañana. Las horas previas fueron una locura y el éxtasis llegó al adelantarse en el marcador con un gol de Toquero en un córner de Yeste.

Sin embargo, enfrente estaba el todopoderoso Barcelona de Guardiola. Una maquinaria perfecta que inició una operación de derribo y a la media hora lograba empatar con un disparo de Yaya Touré. El Athletic no conseguía salir de su campo y en la segunda mitad se derrumbó ante las combinaciones de Messi, Xavi y compañía. La diferencia en el campo era tan grande que no quedó otra que aceptar con resignación la superioridad de un equipo que alcanzó la excelencia en esa campaña ganando seis títulos.

El único jugador del Athletic que se mantiene en la plantilla es Balenziaga. Fue su primera temporada en Primera y, aunque jugó bastante, no entró en la convocatoria ya que el titular era Koikili. Por su parte, en la columna vertebral del Barcelona todavía resisten Piqué, Busquets y Messi.

Despedida de Guardiola y Messi

Al igual que en 1977, el Athletic volvió a disputar dos finales en 2012 y cayó en ambas. Con Bielsa en el banquillo, el conjunto rojiblanco causó sensación en Europa, pero no consiguió dar la talla en las finales. En Bucarest perdió ante el Atlético de Simeone por 3-0. Un varapalo del que los jugadores no pudieron levantarse quince días después en la final de Copa disputada en el Vicente Calderón. Era la despedida de Guardiola. El entrenador catalán decidió cambiar de aires por desavenencias con la directiva y quiso marcharse por la puerta grande. Consciente de la entidad del rival, Bielsa introdujo modificaciones en la alineación para intentar detener la maquinaria blaugrana. Metió a Javi Martínez en medio campo, Ekiza en el eje de la defensa e Ibai Gómez en punta, pero fue imposible.

La realidad es que, como en 2009, no hubo nada que hacer ante un rival tan superior. El partido quedó visto para sentencia a la media hora con un 3-0. Pedrito, por partida doble, y Messi anotaron los goles blaugranas. El argentino es uno de los rivales que más daño ha hecho al Athletic a lo largo de su historia. Con él en el campo los rojiblancos no han conseguido la victoria ante los catalanes en 27 partidos de Liga.

En la final de 2015, la directiva del Athletic apostó por contar con el mayor número de aficionados rojiblancos en las gradas y el partido se disputó en el Camp Nou. El desembarco de seguidores volvió a ser masivo con una clara victoria rojiblanca en el apartado de animación que no pudo ser refrendada sobre el terreno de juego.

El equipo dirigido por Valverde aguantó en pie hasta que Messi se soltó con un tremendo eslalon en el que se escapó de cuatro jugadores rojiblancos para abrir el marcador en el minuto 20. Antes del descanso, Neymar hacía el segundo para los de Luis Enrique y el astro argentino sentenciaba, de nuevo, en la segunda mitad. Williams recortaba la diferencia en un tramo final en el que Neymar intentó realizar un sombrero ante Bustinza y fue recriminado por los rojiblancos. La acción enfadó mucho a los jugadores, pero una vez más el Athletic estuvo lejos de poder luchar por el título y se marchaba de vacío apesadumbrado.

¿Cambio de tendencia?

El Athletic se tomó la revancha en la final de la Supercopa disputada a doble partido antes de iniciar el siguiente campeonato de Liga. En una maravillosa noche de verano cumplió un sueño al derrotar por 4-0 en San Mamés en la ida y empatar en la vuelta en el Camp Nou (1-1). San José con un gol desde medio campo y Aduriz, con cuatro tantos, fueron los que pusieron el sello para acabar con la sequía de títulos tres décadas después. El portero Ter Stegen todavía sigue recordando la figura del delantero donostiarra cada vez que se le cuestiona.

Aunque ha seguido siendo uno de los mejores equipos del mundo en los últimos años, se puede decir que el declive del Barcelona comenzó en esa temporada y dejó de mostrarse invencible. En los últimos enfrentamientos, el Athletic ha logrado cambiar la tendencia ante un rival que también le eliminó en Copa en las ediciones de 2011, 2016 y 2017. Con Garitano de entrenador, los rojiblancos consiguieron superar a los blaugranas en la eliminatoria de cuartos de la pasada edición (1-0). Williams certificó el pase en el descuento con un cabezazo. Asimismo, en el primer partido de la temporada anterior el Athletic se impuso al campeón de Liga con un golazo de Aduriz. Fue el último marcado antes de su retirada.

En este 2021 se han enfrentado en tres ocasiones con victorias para los blaugrana en Liga por 2-3 en San Mamés y 2-1 en el Camp Nou. El primero fue el estreno de Marcelino en el Athletic, que apenas unas semanas después se alzaba con el triunfo en la Supercopa. Williams hizo el definitivo 3-2 en una prórroga a la que se llegó tras empatar Villalibre en el último suspiro.

El conjunto rojiblanco ofreció un rendimiento extraordinario en ese torneo y deberá acercarse a ese nivel si quiere tener posibilidades ante un rival que perdió el último encuentro ante el Real Madrid por 2-1. El equipo de Koeman había enlazado una racha positiva tras ajustar el esquema con De Jong incrustado entre los centrales y carrileros largos. Messi parece que ha recuperado la sonrisa con el regreso de Laporta a la presidencia y Griezmann casi siempre acierta ante el Athletic. Sin olvidar otros jugadores desequilibrantes como son Dembelé o el joven Pedri.

El actual Barcelona sigue siendo un gran equipo a nivel ofensivo, pero le falta un delantero goleador y presenta algunas debilidades en defensa que los rojiblancos deberán intentar aprovechar.

La final de este sábado se jugará en el mismo escenario de La Cartuja que también albergó la cita ante la Real. El objetivo primordial del Athletic será competir como en enero para poder luchar por traer la ansiada Copa de vuelta para Euskal Herria.